70 familias de pequeños viñateros de la comuna de Coelemu, agrupadas en la empresa campesina Las Viñas de Guarilihue, de la naciente región de Ñuble, inauguraron una moderna planta asociativa de vinificación.

Las instalaciones están emplazadas en un terreno de una hectárea ubicada en lo más alto del predio El Durazno, desde donde se contemplan en forma panorámica las parras de cepas tradicionales que crecen en la zona.

El recinto, que tuvo un costo de 200 millones de pesos y fue financiado por el Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap), cuenta con una bodega de material sólido para el acopio de uvas, máquina moledora, seis cubas de acero inoxidable, equipo de frío y elementos para implementar un laboratorio enológico.

La empresa se creó el 28 de enero de 2016 y su primera área de negocios ha sido la venta de uva en forma asociativa -2,5 millones de kilos ese año y 3 millones en 2017-, pero sus objetivos a mediano plazo son vender un millón de litros de vino a granel y envasado.

Gracias a este modelo, los precios de la fruta, principal talón de Aquiles de los viñateros de la zona, también han tendido a mejorar. La primera temporada de operaciones, el kilo de uva promedió los 90 pesos, pero este año se empinó a los 200 pesos.

Indap
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Los planes, sin embargo, son más ambiciosos. Charles Rodríguez, presidente de la empresa, dice que la ubicación de la planta se eligió con una mirada estratégica, para instalar ahí un espacio de ventas y un centro de eventos, y desarrollar un polo turístico a partir del gran interés que, a nivel nacional e internacional, ha despertado toda la zona del Valle de Itata producto de la buena crítica y premios a sus vinos.

El agricultor, de 40 años, subraya la importancia de la asociatividad para el desarrollo de este proyecto, expresando que “aquí se trata de pensar primero en qué podemos aportar a la empresa y no sólo lo que podemos obtener de ella. Con apoyo de enólogos, que son como los chefs de los restaurantes, la misión es elaborar vinos de la mejor calidad”.

La inauguración de las instalaciones fue encabezada por el director nacional de Indap, Octavio Sotomayor, quien felicitó a los pequeños productores por el paso que dieron y por el potencial de sus vinos, que han ido conquistando importantes mercados. “Ustedes tienen un tesoro en sus manos y tienen que saber aprovecharlo”, les dijo.

La autoridad añadió que el Ministerio de Agricultura ha invertido durante estos años en la zona, a través de los programas del Indap, alrededor de 4.500 millones de pesos en plantas vinificadoras individuales y colectivas, contratación de enólogos y marketing.

De manera especial, se refirió a los esfuerzos de comercialización, cuello de botella de la Agricultura Familiar Campesina: “Llegó el momento de saltarse a los intermediarios y llegar directamente a los consumidores”, enfatizó.

Por su parte, el director regional de la institución, Andrés Castillo, anunció la próxima apertura de una tienda de vinos campesinos en Chillán y la realización del concurso Catado’r Ancestral, entre el 1 y 4 de diciembre, “para premiar las cepas cultivadas por muchas generaciones de viñateros de los valles del Bío Bío y del Itata”.