En un nuevo informe macroeconómico sobre Chile, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) destacó la resiliencia de la economía y un manejo de la política monetaria que ha logrado reducir la inflación.

Sin embargo, también advierte de un estancamiento en el nivel de ingresos que persiste hace al menos una década en el país; la disminución de la productividad y el debilitamiento de la inversión.

No obstante, el organismo internacional se alineó con la estimación del Ministerio de Hacienda, inclinándose por un crecimiento en 2024 del 2,4% y elevando las proyecciones para el PIB de 2025 a un 2,3%.

Un anuncio bien recibido, pero que no está libre de alertas.

Las proyecciones y advertencias OCDE para Chile

“Una reforma fiscal global”, es lo que plantean desde la OCDE como una solución a los grandes problemas estructurales y también para dar sustento a una estabilidad fiscal.

Reforma que considere la posibilidad de aumentar los ingresos del impuesto sobre la renta de las personas, reducir la presión fiscal sobre las empresas, aumentar los impuestos sobre los bienes inmuebles, los impuestos medioambientales y sobre el tabaco, aunque sean transitorios.

Sobre este punto, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, fue coincidente en que el sistema tributario chileno debe alinearse con el resto de los países.

“Sabemos por la estructura tributaria chilena, la comparación internacional, que estamos por encima del promedio OCDE en términos de carga tributaria sobre las empresas, y sustancialmente por debajo en carga tributaria de las personas”, dijo Marcel.

Agregó a esto que la futura Reforma del Impuesto a la Renta, “justamente, es reducir estos desequilibrios”.

Por su parte, el propio secretario de la OCDE, Mathias Cormann, señaló que “eternizar” las discusiones de algunas reformas, es otro problema que Chile debe vencer para ser un país desarrollado.

En cuanto a la inversión, el informe precisa que la formación bruta de capital fijo pasará de una caída de 1,3% en 2024 a un balance positivo de 4,6% en 2025.

Otros aspectos destacados por el informe OCDE es el papel de la digitalización e innovación para mejorar los niveles de productividad; además de la necesidad de realizar esfuerzos para formar profesionales con habilidades necesarias para la transición digital y a energías limpias.

Incluso, desde la Organización afirman que para impulsar el uso de fuentes renovables “se requiere simplificar la regulación, impulsar la inversión y mejorar las infraestructuras portuarias y de transmisión”, junto a otras medidas que lleven a limitar el uso de combustibles fósiles para la generación de energía.