La inflación renace con cierto vigor en buena parte del mundo, un fenómeno que preocupa aunque la mayoría de los economistas lo considera temporal e impulsado por la recuperación económica y las tensiones en los mercados de materias primas.

¿Por qué suben los precios?

En Estados Unidos, la inflación llegó al 5% anual en mayo, su mayor alza en 13 años. Era del 2,1% en Reino Unido y de 2,5% en Alemania, y es mucho mayor en varios países emergentes, como Nigeria (+18% anual en marzo), Brasil (+8% anual en mayo) o Turquía (+17% en abril).

“Ello refleja una combinación de aumento de precios de materias primas y aumento de inflación debido a la reaperturas de las economías”, explica Neil Shearing, jefe economista de Capital Economics.

Las cotizaciones del petróleo se dispararon, tras su caída del año pasado, mientras que la fuerte reactivación económica en Estados Unidos y China genera un gigantesco apetito por las materias primas.

La producción no puede seguir el ritmo y ello genera una fuerte subida de los precios.

¿Consecuencias de la inflación?

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Los efectos empiezan ya a sentirse en varias partes del mundo.

En Nigeria, los precios de alimentos aumentaron 22,9% en marzo, una catástrofe para millones de habitantes. En Estados Unidos, el precio del cerdo, muy consumido en el país, aumentó un 51% anual.

Los constructores de automóviles se preocupan por su lado por los aumentos de precios de materias primas como el acero o el paladio.

China decidió así recurrir a sus reservas de cobre, de aluminio y de zinc para ayudar a sus industrias.

¿Va a durar el fenómeno?

Para William de Vijlder, jefe economista de BNP Paribas, “parece débil el riesgo de que la inflación” actual conduzca “a un inflación sostenida a largo plazo”.

El “subempleo en el mercado laboral” no va a favorecer un aumento de sueldos, mientras que las presiones producidas por la competencia operan contra un alza de precios a largo plazo, asegura en una reciente nota.

“La penuria de mano de obra en industrias importantes podría hacer que aumente la inflación de forma duradera”, advierte no obstante Susannah Streeter, analista de la sociedad financiera Hargreaves Lansdown.

De momento los bancos centrales encargados de controlar los niveles de inflación se muestran tranquilos, incluso si en Estados Unidos la reserva Federal (Fed) aumentó sus previsiones de inflación para 2021.

¿Cuál es el rol de los bancos centrales?

En Estados Unidos los masivos planes de reactivación anunciados por la administración Biden han actuado como un electrochoque en los mercados.

Los temores a una inflación duradera han provocado una subida de los tipos de interés en el mercado de las deudas soberanas, pues los inversores anticipan que la Fed aumente próximamente sus tasas de interés directrices para limitar un excesivo ‘calentamiento’ de la economía.

En un efecto de contagio, los tipos de interés han subido en Europa, aunque de manera bastante limitada, pero el Banco Central Europeo (BCE) está ahora bajo presión.

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Pero una política monetaria muy dura, con altos tipos de interés, podría afectar a la incipiente recuperación económica, según los analistas.

“Ello generaría tipos de interés más altos para los préstamos inmobiliarios y para los créditos al consumo”, lo que puede frenar la demanda, explica Susannah Streeter.

Y ello podría “desalentar” a las empresas “que necesitan créditos para desarrollarse”, agrega.

Esta fue la amarga experiencia de la zona euro tras la crisis de 2008; y los Estados y la BCE quieren evitarlo esta vez.

Aún es “prematuro” pensar en un aumento de los tipos de interés y en una reducción del apoyo a la economía, aseguró la presidenta de la BCE, Christine Lagarde, la semana pasada. Pero en Islandia, en Brasil y en Rusia, los bancos centrales ya han subido sus tasas para frenar la subida de precios.