El Fondo Monetario Internacional (FMI) se alarma por la potencial incapacidad de algunas economías emergentes para recuperarse del impacto del coronavirus, y exhortó a promover reformas para evitar una crisis de la deuda en algunas de las naciones más pobres.

La directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, advirtió del riesgo de defaults soberanos si las medidas temporales de alivio de deuda que se adoptaron este año promovidas por el Banco Mundial y el G20 no se prolongan y si no se revisan los contratos.

“Ninguna crisis de deuda se produjo gracias a las medidas políticas decisivas de los bancos centrales, de las autoridades fiscales, de los acreedores bilaterales oficiales y de las instituciones financieras internacionales al inicio de la pandemia”, señaló en un artículo de blog publicado el jueves junto a sus colegas del FMI Ceyla Pazarbasioglu y Rhoda Weeks-Brown.

“Esas acciones, esenciales, se vuelven rápidamente insuficientes”, resumieron.

Recientemente Georgieva llamó al G20 a prolongar el congelamiento de algunos pagos de préstamos oficiales bilaterales en el caso de países pobres, hasta 2021.

“Sus beneficiarios actuales se verán obligados a recurrir a medidas de austeridad para retomar el servicio de la deuda, agravando el sufrimiento humano ya causado por la crisis”, destacaron.

Señalaron además que esta prolongación podría guardar relación con los programas del FMI y el Banco Mundial para reducir la vulnerabilidad de la deuda.

El FMI impulsa “cláusulas que reduzcan los pagos de deuda o suspendan automáticamente esos pagos, en caso de catástrofe natural (por ejemplo) y otros shocks económicos importantes”.

Los países deben mejorar la transparencia de su deuda para que los acreedores puedan tomar decisiones con información clara. “Dudarán de participar en reestructuraciones a menos que conozcan las condiciones acordadas a otros acreedores”, señaló Georgieva.

A los países deudores les piden que busquen acuerdos con todos sus acreedores, públicos y privados, “en condiciones similares”.