Las reservas de crudo en Estados Unidos experimentaron la semana pasada su mayor caída semanal desde diciembre, según un informe publicado el miércoles por la Agencia de Información de Energía (EIA).

Los inventarios cayeron 10,6 millones de barriles al 24 de julio, para ubicarse en 526 millones. Los analistas habían anticipado un aumento promedio de 450.000 barriles.

“Tres elementos del informe explican esta disminución: el aumento de las exportaciones, la caída de las importaciones y la aceleración del ritmo de las refinerías”, señala John Kilduff, de Again Capital.

Las exportaciones aumentaron de 2,99 millones de barriles diarios (mbd) a 3,21 mbd, mientras que las importaciones cayeron de 5,94 mbd a 5,15 mbd.

Las refinerías por su parte operaron al 79,5% de su capacidad, un 1,4% más que la semana anterior.

Las reservas de crudo han disminuido en particular en la región de la costa del Golfo de México, donde han sufrido un desplome de más de 10 millones de barriles.

En Cushing, Oklahoma, donde se encuentran gigantescos tanques de almacenamiento del petróleo WTI cotizado en Nueva York, las reservas disminuyeron en poco más de un millón de barriles.

“Estas son cifras engañosas”, estimó sin embargo Kilduff, quien observó que “los ritmos de las refinerías siguen siendo notablemente bajos” para esta época del año.

Para el experto, la caída inesperada de las existencias de crudo no es necesariamente sinónimo de un repunte de la demanda petrolera.

Los stocks de gasolina, por su parte, se incrementaron en 700.000 barriles, cuando los analistas esperaban una disminución de 2 millones de barriles.

Los productos destilados (combustible para calefacción y diésel) aumentaron en 500.000 barriles, dos veces menos de lo que esperaba el mercado.

Un poco antes de que se publicara el informe, el precio del barril de WTI para entrega en septiembre se apreciaba 28 centavos a 41,32 dólares hacia las 15H10 GMT.

“Con las incertidumbres relacionadas con covid-19, que continúan afectando fuertemente la demanda estadounidense y global, parece poco probable que un barril supere los 45 dólares en el futuro cercano”, dijo Bart Melek, de TD Securities.