La desigualdad de la renta, que en 2018 había alcanzado un récord en Brasil, se mantuvo en niveles altos en 2019, durante el primer año de Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro, donde el 1% más rico ganó 33,7 veces más al mes que la mitad de la población más pobre del país.

No obstante, según cálculos divulgados este miércoles por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), en 2019 la concentración de renta en la mayor economía de Suramérica tuvo una ligera disminución de 0,3 puntos porcentuales en relación con 2018.

En 2018, después de permanecer prácticamente estable durante los dos años anteriores, Brasil alcanzó el récord de desigualdad de ingresos, números que se mantuvieron casi estables en 2019, durante el primero año de mandato de Bolsonaro.

El año pasado, el 1% más rico obtuvo una renta mensual media de 28.659 reales (unos 5.086 dólares), mientras que el 50% de los menos favorecidos ganó únicamente 850 reales (unos 150,8 dólares), 33,7 veces menos.

De esta forma, el 10% de la población brasileña (unas 21 millones de personas) concentraron el 42,9% de la masa total de rendimientos del país, una mínima reducción frente al 43,1% de 2018.

En la otra punta, el 10% más pobre representó únicamente el 0,8%, el mismo número de 2018, según destacó IBGE.

El informe del IBGE también apuntó un avance en la desigualdad salarial entre negros y blancos, donde los ingresos mensuales de la población negra representaron el 55,8% de la blanca, que en promedio ganó 2.999 reales (unos 532,3 dólares) al mes.

El año pasado, con un tenue aumento frente a 2018, los negros representaron el 10,4% y los blancos el 44,8% de la población económicamente activa del país, que fue de 92 millones.

La desigualdad de los ingresos también se registró por género. En 2019, las mujeres ganaron un 77,7% del salario mensual promedio de 2.555 reales (unos 453,4 dólares) de los hombres.

La tasa de desempleo, que en 2018 era de 12,3%, bajó al 11% el año pasado, pero con un aumento de la informalidad del trabajo, que según el propio Bolsonaro alcanza las 38 millones de personas.

Otro dato que llamó la atención del Estudio Nacional por Muestra de Domicilios Continuo (Pnad), fue que en 2019 la mitad de los brasileños, o sea unas 105 millones de personas, sobrevivió con 438 reales (unos 77,7 dólares) mensuales.

La manutención de esos niveles de desigualdad evidencia también los efectos aún visibles de la grave recesión que vivió Brasil entre 2015 y 2016, cuando su producto interno bruto (PIB) se desplomó unos siete puntos porcentuales.

Tras la recesión, el gigante suramericano tuvo una lenta recuperación con crecimientos de apenas un 1,3%, tanto en 2017 como en 2018, mientras que en 2019, y a pesar del impulso de reformas, como la del sistema de pensiones y jubilaciones, el PIB brasileño solo creció un tímido 1,1%.

Para este año, el mercado financiero prevé una caída del PIB del 3,34% como consecuencia de los efectos de la pandemia por el Covid-19, que en Brasil deja casi 115.000 casos confirmados y 8.000 muertos.