La prosperidad, entusiasmo y fortaleza que la economía gozó a nivel global durante 2017 se acabó y comenzó a dar paso a lo que muchos ya catalogan como lo que será la próxima recesión, tras la segunda caída de los mercados en lo que va del año en curso.

¿Lo anterior? Debido a las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), entidad que augura la ralentización del crecimiento en las economías grandes y emergentes con la excepción de Estados Unidos, lo que The Economist tildó como la causa del eventual problema.

Las políticas impulsadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que libra una guerra comercial con socios como la Unión Europea y China; ha generado un aumento del crecimiento trimestral doméstico superior al 4%, a lo que se suma el hecho que nunca había habido tanto empleo desde 1969.

Esta divergencia entre el mercado estadounidense y el global causa “políticas económicas dispares”, sobre todo en materia de tasas de interés, las que en Estados Unidos han aumentado, contrario al resto del mundo.

Cuando sucede lo anterior, aseguró la publicación, “el dólar se fortalece” y genera problemas especialmente en economías emergentes (59% del total), las que no pueden pagar sus deudas en esta divisa.

“Un creciente dólar ya llevó a Argentina y Turquía a problemas” y, esta semana, “Pakistán le pidió al FMI un rescate”, recordó el medio.

Y aquí es donde radica el problema: el “mundo rico” no está preparado para hacer frente a una nueva recesión, ya que todavía se recupera de la caída de 2008.

Además, sus tasas de interés son demasiado bajas, sin espacio a recortes para generar estímulos fiscales.

Es más, pese a las consecutivas alzas, la nación de Trump tiene una tasa de 2.25%, muy lejana al 5% que -usualmente- recorta ante una crisis.

Entre las opciones que cada gobierno puede barajar se encuentra la denominada “expansión cuantitativa”, herramienta con la cual los bancos centrales de cada nación incrementan la oferta de dinero, lo que sus detractores critican porque propicia las burbujas y distorsiona los mercados.

Un inversor lamenta la baja del mercado en China. Nicolas Asfouri | Agence France-Presse
Un inversor lamenta la baja del mercado en China. Nicolas Asfouri | Agence France-Presse

¿Qué hacer?

En parte, salir de la debacle de 2008 fue el resultado de la cooperación entre diversos sectores políticos, escenario que con el populismo y proteccionismo imperante se ve más complejo.

¿La solución para alguno de estos peligros? Actuar a tiempo. ¿Cómo? Con una de serie de iniciativas de corte económico que involucren al mundo político.

Por ejemplo, de acuerdo al medio, se podría impulsar la inflación para aumentar las tasas de interés y así tener más espacio para rebajarlas a futuro.

“La volatilidad de esta semana sugiere que el tiempo puede ser poco. El mundo debe empezar a prepararse ahora para la próxima recesión, mientras pueda”, advirtieron.