Hasbro anunció en febrero pasado que alistaba para el segundo semestre de 2018 un Monopoly Edición para Tramposos. Las primeras luces de la versión para Latinoamérica comenzaron a aparecer durante septiembre, y ayer trascendió el video promocional del juego, protagonizado por el propio tío Emilio, el rostro de Canal 13 conocido por perseguir a los tramposos en el programa En Su Propia Trampa.

Tras ello, rápidamente comenzaron a llegar las críticas por el fomento a la corrupción. “Hemos visto la aparición de un juego donde básicamente se premia al que hace trampa enfocado en niñas, niños y adolescentes. La corrupción no puede ser un juego en el país”, recalcó el presidente del Consejo para la Transparencia, Marcelo Drago, quien se sumó a las reacciones negativas que ha generado el popular juego.

“No podemos banalizar los actos de corrupción, ni transformarlo en un juego y premiar al que hace trampa (…) este tipo de juegos, que pueden aparecer como muy creativos, no contribuyen en nada a crear una cultura de responsabilidad, una cultura de la transparencia y son contraproducentes con los esfuerzos que hacen diversas instituciones, incluyendo el Consejo para la Transparencia, en tratar de formar a niños y adolescentes”, añadió.

CPLT
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En concreto, la nueva edición del juego de mesa se basa en el antiguo juego Monopoly, pero en este caso el ganador es el que comete actos de corrupción. Por ejemplo, esta edición -a diferencia de la versión original- permite que el banco rote entre los jugadores para que tengan mayor chance de robar dinero.

Además posee una serie de elementos representativos y figuras alusivas a historias y personalidades vinculadas con antivalores como la corrupción, trampa y engaño, empujadas por frases promocionales como: “El juego donde el más tramposo ¡gana!”, “¡Ojo con las manos largas!” y “Pero cuidado si te pillan ¡Vas esposado a la cárcel!”.

“Creemos que plantear el juego de esa forma le quita el propósito educativo y fomenta las prácticas corruptas en las nuevas generaciones, contradiciendo valores como la ética y la integridad”, sostiene por su parte una carta suscrita por Susana Sierra, Tamara Agnic, Paula Valenzuela y otras 49 mujeres de Women in Compliance Chile, cuyo texto fue publicado este miércoles en El Mercurio.

“No es coherente que justo cuando Chile comienza a avanzar en materia de transparencia en los negocios aparezcan juegos como estos, que no sólo destruyen las bases de lo que hemos construido, sino que además fomentan conductas irregulares en nuestros niños. No queremos parecer exageradas. Pero cuando se trata de corrupción creemos que es sumamente necesario cuidar la forma”, añadieron.

En tanto, para el CPLT es complejo que la empresa privada genere productos que no se hacen responsables de temas sociales tan relevantes, ya que “hay una cosa básica de autoresponsabilidad, de autoregulación, de hacerse cargo de sus propias acciones para todo el mundo privado. Aquí nadie está exento de fomentar una cultura de la transparencia y nadie puede sacar partido buscando banalizar la corrupción de esta forma”, apuntó Drago.

De paso, también arremetió contra las voces que sostienen que el juego se trata de una representación social de la realidad chilena y de otros países. “Eso no significa que la tengo que valorar o encontrarla positiva. Si es una lectura social lo que cabe es reprocharla y hacer un juicio de valor al respecto”.

La contrapropuesta del CPLT

“Hace poco como Consejo lanzamos un concurso de videos sobre transparencia, probidad y combate a la corrupción; tenemos un juego de educación cívica para smartphone que compiten entre colegios y al frente una empresa aparece con un juego que va en el sentido completamente contrario banalizando y premiando a la corrupción”, cuestionó.

Asimismo, se cuentan las “hackatones ciudadanas” promovidas por el Consejo, instancias que en sus tres versiones han reunido a estudiantes de distintas disciplinas como diseño, computación, ciencias sociales para crear aplicaciones e impulsar el uso de datos públicos abiertos y acceso a la información pública para generar soluciones que impacten en la vida de las personas.