El dólar llegó a su máximo de dos años y se acercó violentamente a los 700 pesos el martes, bajo un escenario en que la moneda chilena se ha depreciado impulsado por el complejo panorama internacional.

En tanto, el miércoles tuvo una jornada volátil donde el pesimismo de la crisis cambiaria presionó al alza, mientras el Imacec por sobre las expectativas -y menos malo de lo esperado- luchó por llevarlo a la baja.

De este modo, cortó una racha de seis jornadas avanzando, tras cerrar en 688 pesos: una baja de 4,9 pesos respecto al golpe del martes.

ARCHIVO | Agencia UNO
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Durante la misma jornada, en tanto, el peso argentino hizo una pausa en su caída y se apreció 1,3% a 39,28 por dólar. Aún así acumula una pérdida de 0,79% en lo que va de septiembre, tras derrumbarse en agosto casi un 28% pese a que la principal tasa de interés llegó a un astronómico 60%.

Naturalmente, los inversionistas comenzaron la semana atentos al anuncio del presidente argentino, Mauricio Macri, debido a la crisis que enfrenta el país trasandino.

“Los riesgos son bajos”
- Mario Marcel, presidente del Banco Central

Si bien el mandatario trasandino anunció una serie de medidas para mejorar las finanzas estatales, el plan no ha dado resultado y las monedas emergentes, como la lira turca y el real brasileño, también presentaron una baja.

El analista Daniel Meriño, de XTB Latam, indicó a Diario Financiero que la depreciación de las monedas emergentes se debe a “la incertidumbre en Turquía, la preocupación por las elecciones de Brasil en octubre y la crisis en Argentina”.

ARCHIVO | Agence France-Presse
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Pero el presidente del Banco Central, Mario Marcel, le bajó el perfil a la situación y la alarma que ha desatado en Chile. Desde el punto de vista del comportamiento de los agentes económicos, el tipo de cambio tiene una importancia menor y hoy día la economía chilena puede tolerar los vaivenes del tipo de cambio. “Los riesgos son bajos”, aseguró.

Marcel, luego de la sesión especial en el Congreso para exponer el Informe de Política Monetaria (IPoM), señaló que la economía nacional tiene dos líneas de defensa: por un lado la flotación cambiaria, como amortiguador de los shocks externos, y la política monetaria, “ya que en la medida que opera con una meta de inflación a mediano plazo, también puede actuar de manera contracíclica”.

Eso sí, el presidente del emisor precisó que lo anterior no quiere decir que frente a turbulencias externas no haya algún impacto, pero sí que ese impacto es considerablemente reducido por los elementos anteriormente nombrados.