Pese a que mayo de contó con un día hábil menos respecto al 2017, las cifras de crecimiento de la economía sorprendieron hasta a los más optimistas, ya que el Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) registró un alza de un 4,9%, por sobre las expectativas que se fijaban en torno a los 3 y los 4,5 puntos porcentuales.

Estos números fueron bien recibidos por el presidente Sebastián Piñera, quien además destacó que durante los primeros 3 meses de su mandato, la economía ya ha crecido en un 5,1%. No obstante, advirtió que de nada sirve si lo anterior no viene aparejado de un alza en la tasa de empleo.

“No es para bajar los brazos ni dormirnos en los laureles. El empleo sólo está creciendo al 2,1%”, advirtió.

Al respecto, el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, aseguró que la economía del país avanza, pero fue cauto al señalar que es muy poco probable que durante el segundo semestre se registren cifras similares.

“El segundo semestre las bases de comparación se vuelven más exigentes”, explicó.

En tanto, el titular de Economía, José Ramón Valente, resaltó los datos sobre la producción minera, que creció en un 6,4%, mientras que el Imacec no minero presentó un incremento de 4,7%, sustentado en mayor medida por los sectores de servicios y comercios.

Asimismo, la industria manufacturera registró un alza de 1,8 puntos porcentuales, al igual que el sector Electricidad, Gas y Agua que aumentó en un 1,1%.

Ante estos índices, el economista de BCI Estudios, Antonio Moncado, sostuvo que responden al bajo crecimiento registrado durante el primer semestre del año pasado, mientras que el investigador de Clapes UC, Agustín Garcia, señaló que existe una tardanza en la creación de nuevos puestos de trabajo.

Las proyecciones de los expertos indican que el próximo Imacec -de junio- debería estar en torno al 5% al alza, mientras se espera que el crecimiento del Producto Interno Bruto finalice el 2018 cercano a los 4 puntos porcentuales, lo que marcaría la mayor expansión dentro de los países de la región.

Ello, siempre y cuando la guerra económica entre Estados Unidos y China no se extienda por un tiempo muy prolongado, ya que el mercado en su antesala reaccionó desfavorablemente para las pretensiones de las arcas fiscales, con un alza sostenido del dólar y una caída en picada del precio del cobre.