No cabe duda que el vino espumante se ha convertido en una de las bebidas alcohólicas favoritas en nuestro país, extendiéndose su consumo más allá de las fiestas especiales, como solía ser años atrás.

Así lo confirman las estadísticas del Portal Comex Plus de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), que afirman que entre 2007 y 2015 se produjo un fuerte crecimiento de las importaciones de vino espumante, que pasaron de los US$1,4 millones a un peak de US$8,4 millones, es decir, se sextuplicaron en ese período.

Sin embargo, producto del aumento del consumo de vino espumante de producción nacional, en el año 2016 las importaciones experimentaron un retroceso de 27% respecto al año anterior, al alcanzar los US$6,1 millones.

En tanto, en el período enero-octubre del 2017 las importaciones de vino espumante alcanzaron los US$4 millones, y se estima que podrían finalizar el año bordeando los US$6 millones.

Es decir, con un resultado similar a lo registrado el 2016.

Países de origen

Las importaciones de vino espumante provienen principalmente de cuatro países: Argentina, Italia, Francia y España, que en conjunto explicaron el 99% del total de las internaciones de este producto en el período enero-octubre de 2017.

A pesar que las importaciones provenientes de Argentina retroceden en un 21% en el lapso enero-octubre 2017 respecto al mismo período del año anterior, el país vecino sigue siendo el principal proveedor con montos por US$1,4 millones, representando una participación del 36% del total.

Le siguen Italia y Francia, con importaciones por alrededor de US$ 1 millón cada uno (26% y 25% de participación, respectivamente) y luego está la cava española con US$ 0,5 millones, que representa un 12% del total.