La discusión legislativa ha sido más larga que la negociación. Es la conclusión a la que ha llegado la clase política uruguaya, respecto a la tramitación del Tratado de Llibre Comercio con Chile que actualiza aspectos informáticos y de acceso de productos orientales aL país.

Sin embargo, este proyecto, que se originó en 2015 tras una reunión sostenida entre los presidentes Tabaré Vásquez y Michelle Bachelet, se ha visto entrampado por las dudas que el proyecto levanta al interior del oficialista Frente Amplio de Uruguay.

Según consigna el diario El Observador, si bien el proyecto que yace en el Palacio Legislativo importa una serie de beneficios para Uruguay, que actualmente accede a cerca del 7% del mercado global, el oficialismo se ha resistido a aprobar el proyecto por dudas en lo que respecta, principalmente, materias sobre propiedad intelectual.

“A diferencia del Tratado de Libre Comercio existente entre Uruguay y México, contiene disposiciones que suponen aceptar niveles de protección de la propiedad intelectual superiores a los que los países en vías de desarrollo defienden en los foros internacionales, en especial la Organización Mundial del Comercio”, explicó José Antonio Villamil, encargado del área de derechos de autor del Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay.

De esta forma, las exigencias que plantea el capítulo en cuestion a la economía de la República Oriental podrían suponer eventuales trabas para productos que son ejes clave de su política de exportación.

Por este motivo, se decidió crear una comisión que permita analizar las indicaciones relativas a las denominaciones de origen, dado el interés de Uruguay de crear este tipo de distinciones para productos como el vino tannat y el queso colonia, que, una vez sorteado el trámite legislativo, podrían llegar a suelo nacional.