China va a interrumpir todas sus importaciones de carbón procedentes de Corea del Norte durante el resto de 2017, privando así a Pyongyang de una fuente crucial de ingresos después de un nuevo ensayo norcoreano de misil.

“China va a interrumpir momentáneamente sus importaciones de carbón procedentes de Corea del Norte para lo que resta de este año”, una interrupción que entrará en vigor el domingo y será válida hasta el 31 de diciembre, indicó el ministerio de Comercio chino en un comunicado.

Esta decisión llega menos de una semana después de que Pyongyang probara el misil balístico Pukguksong-2, que después de recorrer el domingo 500 km cayó sobre el mar de Japón, suscitando críticas en Asia y en Washington.

El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, ha intentando reforzar su poder a medida que aumentaba la presión internacional sobre el país a causa de su programa nuclear.

Provocación

Al realizar su ensayo balístico norcoreano justo después de una llamada entre el presidente estadounidense Donald Trump y su homólogo chino Xi Jinping, Pyongyang buscaba quizá “sembrar la discordia” entre China y Estados Unidos, opina Wang Dong, un experto en geopolítica asiática en la universidad de Pekín.

Pero, según él, “dado el carácter provocador” del lanzamiento de misil, “China decidió actuar para mostrar su clara oposición”.

Wang duda, sin embargo, que la decisión de China tenga algo que ver con el asesinato de Kim Jong-nam, el hermanastro caído en desgracia de Kim Jong-un, el lunes en Malasia, ya que las circunstancias de su muerte todavía están siendo investigada.

Para Koh Yu-Hwan, profesor en la universidad surcoreana de Dongguk, “puede que China haya querido mandar un aviso, tras las provocaciones que suponen el último ensayo balístico y el asesinato de Kim Jong-nam”, que muchos observadores atribuyen a Pyongyang.

“También se trata de un gesto de buena voluntad hacia Washington, una señal de que Pekín cumple con su parte de los esfuerzos para frenar a Corea del Norte”, añade.

El viernes, en su primer encuentro con el ministro chino de Exteriores, Wang Yi, el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, había pedido a Pekín que actuara “por todos los medios” para “moderar” a su turbulento vecino.

Sanciones


China,
único aliado y principal apoyo diplomático de Pyongyang, le brinda una ayuda económica vital a Corea del Norte, pero esconde cada vez menos su enojo ante la intransigencia de Kim Jong-un.

La suspensión de las importaciones de carbón supondrá un duro golpe para las finanzas de Pyongyang.

En 2016, China importó 22,5 millones de toneladas de carbón norcoreano (un 15% más que en 2015) por un valor de casi 1.190 millones de dólares, según la aduana china.

Según el ministerio de Comercio chino, la interrupción de las importaciones de carbón está destinada a aplicar una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, adoptada el 30 de noviembre, que impone mayores sanciones internacionales a Pyongyang en respuesta a los avances de su programa nuclear con fines militares.

Dicha resolución limitaba las ventas de carbón norcoreano a un máximo de 400,9 millones de dólares (o 7,5 millones de toneladas) al año a partir de 2017, esto es, una reducción del 62% respecto a 2015.

Pekín ya había suspendido sus importaciones de carbón durante tres semanas, a partir del 11 de diciembre, antes de reanudar sus pedidos en enero.

En las anteriores sanciones impuestas al régimen de Kim, el Consejo de Seguridad permitía la compra de carbón y de mineral de hierro norcoreano, siempre y cuando Pyongyang no utilizara esos ingresos para financiar su programa nuclear.

El viernes, el ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi, abogó por retomar las negociaciones entre los Seis (las dos Coreas, Japón, Rusia, China y Estados Unidos), al considerar que hay que romper el círculo vicioso de los ensayos nucleares y de las sanciones.