Una primavera que aún no llega para la economía. No hay “brotes verdes”, ni “aires primaverales”. Por primera vez desde la crisis financiera de 2009, el Indicador Mensual de Actividad Económica se contrajo: un 0,4% en el octubre, retroceso del que se tuve registro por última vez en el mismo mes, pero hace siete años.

Dos días hábiles menos, el desplome de la minería y la caída de las manufacturas serían los principales responsables. Ante ello, el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, hizo un llamado a “no sobrerreaccionar” y a que no se instale el “pesimismo” en Chile.

El rubro “servicios” impulsó el aumento del Imacec no minero de sólo 0,3%, mientras que el registro minero cayó un 7,1%, punto que ha sido resaltado por el gobierno como uno de los de mayor incidencia en el “frenazo” de la economía, la que tras este registro lleva a un indicador acumulado de 1,6% en el año.

A juicio del vicepresidente de la Sofofa, Gastón Lewin, el retroceso del décimo mes del año podría incidir en las perspectivas de crecimiento para 2016. En tanto, el presidente del Consejo Minero, Joaquín Villarino, criticó que el Ejecutivo responsabilice al rubro por la débil expansión del PIB.

Sin embargo, uno de los factores clave que explican el crecimiento promedio de 2% en los últimos tres años es la caída en la inversión. La Formación Bruta de Capital Fijo ha retrocedido en cuatro de los últimos siete trimestres. Tanto para el exministro de Hacienda, Andrés Velasco, como para el investigador de Clapes UC, Juan Bravo, dicha situación provendría de la incertidumbre generada por las reformas implementadas por la administración de Michelle Bachelet.

La economía enfrenta un “círculo vicioso” para el presidente de la Comisión Nacional de Productividad, Joseph Ramos. Por un lado, consumidores mantienen la demanda interna lenta frente a temores derivados del deterioro del mercado laboral y, por el otro, inversionistas que no inyectan capital porque las ventas están lentas. Por ello, Ramos apostó por una baja en la tasa del interés por parte del Banco Central, al igual que actores de la banca.

El país creció un 1,9% en 2014; 2,1 en 2015 y cerraría este año entorno a 1,75%, según las estimaciones de Hacienda. Así, la presente administración completaría, de concretarse las proyecciones para el próximo año, una expansión promedio de PIB cercana a 2%. El peor desde 1986, cuando parte el registro que actualmente dispone el Banco Central.