Este domingo se dio comienzo al ATP World Tour Finals, torneo que reúne a los ocho mejores tenistas de la temporada en Londres.

La gran sorpresa estuvo protagonizada por el austriaco Dominic Thiem (5°), pupilo de Nicolás Massú, quien venció por parciales de 7-5 y 7-5 a Roger Federer, dando un importante paso para clasificar a las semifinales.

En la antesala de lo que fue el debut de Thiem, el sitio oficial de la ATP le realizó una entrevista a Massú, que se ha convertido en uno de los entrenadores más exitosos y reconocidos de la temporada ya que también capitaneó a Chile en su regreso al Grupo Mundial de la Copa Davis.

Justamente, el campeón olímpico en Atenas relató como fue su llegada al equipo nacional, indicando que “a la semana que me retiro, me llaman de la Federación para preguntarme si quería ser capitán. No me lo esperaba porque tenía 33 años. Imagínate con esa edad en esa posición. Me llega muy rápido y tomé el desafío porque creo que era un momento que podía aportar”.

Además destacó sobre su tiempo con el austriaco que “cuando comencé a trabajar con Dominic estaba convencido de que podía jugar en cancha dura como en arcilla. Cuando a las tres semanas de trabajar juntos gana Indian Wells fue tremendo. Hoy tiene tres títulos de dura y dos de arcilla en el año”.

Siguiendo en dicha línea, recalcó que “si no hubiera sido así, si se hubieran dado menos resultados, lo importante es hacer ver que la línea que llevamos es la que hay que seguir. Siempre con comunicación, esto es muy importante”.

Finalmente, entregó su clave para ser mejor técnico: “tienes que estar dedicado al 100% a lo que estás haciendo. Este año he estado viajando mucho y estoy dispuesto a hacerlo porque es parte de mi trabajo. Para hacerlo bien tienes que estar 100% disponible para esto y hacer sentir a tu jugador que el entrenador siempre está ahí para poder trabajar”.

Cabe destacar que el próximo desafío de Thiem será enfrentar por la segunda fecha de la jornada a Novak Djokovic el próximo martes. El serbio arribó a Londres con la única misión de recuperar el número uno del mundo, que está en manos de Rafael Nadal.