Sin lugar a dudas, la tarde de ayer será una jornada que quedará por siempre en los recuerdos de la tenista norteamericana, Serena Williams. Esto no solo porque perdió a manos de Naomi Osaka la final del US Open 2018, sino que también, porque por su día de furia tendrá que pagar un costo bastante alto.

Si bien aún no se sabe qué fue lo que hizo que la experimentada tenista perdiera los estribos de tal manera, si se pudo constatar de que todo comenzó como lo suelen hacer estas cosas, con algo pequeño que creció de manera exponencial.

Para efectos de este caso, una orden de su entrenador, el francés Patrick Mouratoglou, la que por cierto fue divisada y advertida por el juez del encuentro, sumado a un primer warning.

“No hago trampas para ganar. Prefiero perder”, señaló a viva voz Serena Williams, luego de que el juez le hiciera el primer llamado de atención, por la supuesta instrucción que su entrenador le dio desde la gradería.

Tras esto la tenista pareció calmarse, o eso hasta que Osaka aprovechó dos dobles faltas de la norteamericana y le quebró el servicio, desatando nuevamente la furia de la local.

“No he recibido órdenes de mi entrenador. No he hecho trampas en mi vida. Me levanto por lo que es correcto”, señaló antes de encarar el sexto juego, con una ventaja de 3-2, pero con un 0-15 abajo.

Luego de esto, historia conocida. La japonesa ganó el juego con su saque y selló otra ruptura de Williams, quien solo podía pensar en que su tenis había pasado a un segundo plano.

“Has atacado mi carácter, esto está mal. Me debes una disculpa. Eres un mentiroso. Eres un ladrón, me has robado un punto”, le gritó muy enfadada al juez portugués, pasando rápidamente a las amenazas. “Nunca más vas a volver a arbitrarme. Nunca”, dijo.

Eso sí, esto no fue lo único que la tenista estadounidense vociferó, ya que aprovechó su tribuna en la conferencia de prensa para hacer todos sus descargos.

“He visto a otros hombres decir otras cosas a los jueces de silla. Estoy aquí luchando por los derechos de la mujer, por la igualdad de la mujer”, alegó la deportista.

Cerrando con que “siento que, llamarle ‘ladrón’ y ser penalizada con la pérdida de un juego por ello es una decisión sexista. Nunca le ha quitado un juego a un hombre por llamarle ‘ladrón"”.

Finalmente, cabe recordar que esta no es la primera vez que Williams incurre en un falta como esta, dado que ella ya había sido descalificada en las semifinales del mismo torneo, en el año 2009, por una conducta antideportiva ante a la belga Kim Clijsters.