Patricio Laguna ha hecho muchas cosas a lo largo de su vida. Se ha desempeñado como modelo, animador de grandes eventos, dueño de una productora y hasta ha ejercido como concejal de la comuna de Estación Central.

Además de su carrera en el mundo del espectáculo, el constructor civil estuvo ligado desde pequeño al mundo del deporte, y vaya que lo hacía bien.

Y es que cuando era solo un niño, Patricio estuvo fuertemente relacionado al mundo del tenis. Viajó por Sudamérica, Canadá y Francia junto a grandes promesas mientras residía en una de las mejores escuelas de tenis del país.

A continuación, su historia.

A comienzos de 1990, en Villa Alemana estaba ubicado uno de los centros de entrenamiento más cotizados de Chile. Allí, a las canchas de Valle Dorado llegó un joven Patricio Laguna.

El profesor de educación física, Leonardo Zuleta, lideraba la academia y llevaba a cabo un sistema de entrenamiento a tiempo completo que incluía que los menores vivieran en el complejo.

Entre los alumnos más destacados de Zuleta figuraba Nicolás Massú, Patricio Laguna, Sebastián Candia, Carlos Cordero y Juan Ignacio Flores.

Todos sabemos lo que ocurrió con Massú. El profesor lo llevó a ubicarse entre los mejores 100 tenistas del circuito y posteriormente, con otros entrenadores, alcanzó la novena ubicación del ránking ATP.

No hace falta recordar que el ‘nico’ fue doble campeón olímpico en Atenas 2004.

Volviendo a nuestra historia, Patricio llegó al centro de entrenamiento a la edad de 16 años proveniente de Iquique. Lo había dejado todo para cumplir su sueño de ser un tenista profesional.

“Jugaba bien, tenía muy buen físico para su edad y era aguerrido. Sus mejores campañas fueron en menores de 14 y 16 años”, comenta Exequiel Carvajal, alias ‘Yogurt de mora’, un histórico encordador de campeonatos nacionales.

“Le decíamos ‘ojo de teta"”, agrega Zuleta en el libro ‘Grandes historias del tenis chileno’.

“Y el Pato se calentaba. Lo volvíamos loco. Se creía mino, le decía a todos que tenía mejor facha que nadie. Era tan vanidoso que durante una gira por Europa quisimos darle un toque de humildad, y una noche, después de que se quedó dormido, le pusimos unos calcetines sucios en la almohada. Estaban fétidos… y no te digo el olor que tenía en la cabeza al día siguiente. No podíamos parar de reírnos”, recuerda.

Zuleta señaló además que Laguna tenía un gran compromiso a la hora de entrenar, pero se sentía demasiado presionado por el esfuerzo económico que hacía su familia para que él pudiera dedicarse 100% al tenis.

“Era muy bueno para entrenar, disciplinado, le metía mucha garra, pero se sentía presionado por el esfuerzo económico que hacía su familia para financiar su carrera”, reveló su formador.

“Recuerdo que tras una gira nos juntamos con su papá en el club de Granadillas y se puso a llorar porque decía que no era justo para sus hermanas todo lo que gastaban en él”, añadió.

Finalmente, Patricio Laguna dejó el tenis a los 19 años para incursionar en el mundo del modelaje. Además se dedicó a su carrera de construcción civil y otros emprendimientos personales.