Santiago Morning pudo haber pasado a la historia, pero no. En vez de eso prefirió no arriesgarse, no cruzar el río, no salirse de su zona de confort.

Prefirió ilusionarnos con que podrían hacer algo distinto, innovador, que transgrediera las normas y que echara por la borda los anacrónicos pensamientos de todos esos trogloditas que viven y respiran por la “pelotita”.

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Santiago Morning pudo haber pasado a la historia, pero no. En vez de eso prefirió enumerar un sinfín de explicaciones estúpidas y que no van al caso. Prefirió buscarle la quinta pata al gato para no asumir que su “masculinidad” se vio asustada cuando supo que una mujer podía mandar en el buque.

Prefirió refugiarse en esos viejos paradigmas que dicen que las mujeres pueden jugar y saber de fútbol, pero que en verdad jamás tendrán ese “que se yo” que hace que los hombres sean quienes llevan la batuta.

Y prefirió desechar la idea de que llegara una persona con otra mirada, con otro pensamiento, con otra forma de sentir y de entender las cosas.

Santiago Morning pudo haber pasado a la historia, pero no. En vez de eso prefirió no tomar en cuenta las capacidades y habilidades de Paula Navarro. Prefirió omitir la cantidad de estudios y trabajos que ha tenido esta misma. Prefirió no incomodar a los nenes dentro del camarín y prefirió enfrascarse en una cuestión de género.

Porque al fin y al cabo es eso: una cuestión de género. Y es esto precisamente lo que más me hace hervir la sangre. Que le hayan dicho que no, solo por ser mujer.

Y no me vengan con lo contrario. Porque aunque los detractores digan que esto no es machismo, los dichos de todos aquellos que se mostraron contrarios a la idea de que Navarro asumiera la banca del “Chago”, son machistas, sin fundas, ni máscaras, ni disfraces, solo machistas.

Tengo claro que no por haber leído muchos libros, ni haber hecho un sinfín de cursos se es brillante en la cancha. Pero viejo, al menos démosle el derecho a la duda.

En estos días he oído un millón de tonteras y he leído otras tantas. Yo no sé francamente cuál fue la excusa real que le dieron a quien hoy asume como ayudante técnico.

Por el contrario, lo que sí sé, es de que este país está lleno de ratones con miedo a que otro se acerque al queso.

Santiago Morning pudo haber pasado a la historia, pero no. O sea sí, si pasó a la historia. De mala manera, pero pasó al fin y al cabo.