Minuto 57 de juego en el Estadio Nacional. Con el marcador igualado, el entrenador de la selección chilena Juan Antonio Pizzi decidió sacar a Arturo Vidal, disminuido físicamente, y hacer ingresar a Leonardo Valencia.

La anterior decisión puede parecer normal y lógica, considerando que más allá de sus intenciones el ‘Rey Arturo’ no estaba siendo gran aporte en el juego. Pero si se mira con un poco de perspectiva, se trató de una arriesgada -y exitosa- acción del DT de la ‘Roja’ que no se le reconoció en su justa medida, pese a que la salida de uno de los emblemas de la selección terminó ordenando al equipo.

Seamos sinceros. Desde que asumió en febrero, Pizzi ha sido mirado de reojo por buena parte de la prensa y los hinchas, que no dudan en cuestionar cada una de sus decisiones y muchas veces minimizan sus aciertos.

No importa que haya asumido en un momento donde el puesto de seleccionador era un ‘fierro caliente’ que varios rechazaron. También da lo mismo que tuviera que adaptarse sobre la marcha a un plantel tan exitoso como complicado de manejar por su carácter y que además empieza a dar sus primeras muestras de desgaste físico. Menos que obtuviera una Copa América Centenario y esté en la pelea por llegar a Rusia 2018.

Pareciera que todas las cosas buenas que puede hacer la ‘Roja’ son mérito total de los jugadores, de Bielsa o Sampaoli, pero que las malas siempre son culpa de Pizzi. ¿No les parece injusto? Claro que sí, más cuando ha apostado por agregar nombres y avanzar en la renovación del plantel, a la vez que intenta buscar variantes en el juego para que no sea tan previsible ante los rivales.

No se trata de sobreestimar el rol de ‘Macanudo’, porque los jugadores siempre son más importantes que un DT. Tampoco liberarlo de errores, ya que se ha equivocado en más de alguna oportunidad, como el (horrible) planteo de la visita a Ecuador. Pero si es tiempo de que se evalúe a Pizzi por el trabajo que realiza y el contexto real en que se debe mover, sin anteponer los gustos de cada uno. Es lo mínimo que se merece y, creo, se ha ganado.

Archivo | AgenciaUno
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