Conforme avanza el tiempo el legado profesional de Juan Manuel Fangio se hace cada vez más grande entre los fanáticos del mundo motor. Especialmente en Argentina, su país de origen.
Falleció el 17 de julio de 1995, sin embargo, en estos ya casi 25 años no hubo un sólo momento en el que no se recordara alguna de sus tantas hazañas a bordo de un vehículo. Siempre hay una efeméride de la que hablar, no por nada se celebra en su honor en el vecino país el Día Nacional del Automovilismo Deportivo.
Fue el máximo campeón de la Fórmula 1 con cinco títulos hasta que Michael Schumacher le quitó ese privilegio con siete. De todos modos, el alemán siempre lo dejó bien en claro: “Fangio fue muy superior a nosotros. Los autos ahora son más seguros, él logró sus campeonatos a una tremenda velocidad teniendo en cuenta los autos que existían en esa época”, dijo en más de una ocasión.
El trasandino arribó a la máxima categoría luego de proclamarse vencedor en el Turismo Carretera de Argentina con Chevrolet tanto en 1940 como en 1941. En total sumó cinco mundiales (1951, 1954, 1955, 1956 y 1957), conquistó 24 Grandes Premios, marcó 29 poles y se subió al podio en 35 oportunidades. Todo en 51 presentaciones. Impresionante.
Se dio el gusto de ganar en Buenos Aires, en las calles de Mónaco, en Monza, en Spa, en Silverstone y también en Nürburgring.
En este último, probablemente el circuito más difícil del mundo, gestó su triunfo más emocionante cuando le descontó con su Maserati 50 segundos a las Ferrari en las últimas diez vueltas.
Al ‘Chueco de Balcarce’ no le quedó nada por demostrar. Sin que nadie le regale nada, corrió para Mercedes-Benz, Maserati, Alfa Romeo y Ferrari. Un fuera de serie, que por mucho tiempo mantuvo en vilo a los argentinos que seguían sus actuaciones por radio.
En la década del 90 fue diagnosticado con insuficiencia renal y hace prácticamente 25 años se convirtió en leyenda tras sufrir una descompensación. Desde entonces, cada 17 de julio se festeja el Día Nacional del Automovilismo Deportivo en suelo argentino.
Los restos de Fangio fueron velados en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno. El Presidente Menem, luego de permanecer ante el féretro, lo despidió dándole un beso en la frente.
Un campeón que vale la pena conocer.
