La undécima etapa de La Vuelta a España, que se debía disputar con normalidad con salida y meta en Bilbao, terminó de manera brusca y de forma atípica.
Según informó la organizaión, “por motivos de seguridad” se decidió marcar los tiempos a 3 kilómetros de la Gran Vía, repleta de manifestantes propalestinos, y no designar ganador de etapa.
“Por motivos de seguridad, los tiempos de la clasificación general se tomarán a 3 kilómetros de la línea de meta. No habrá ganador de etapa”, señaló en plena carrera un comunicado de la organización.
“Habrá puntos de la montaña y los conseguidos en el esprint intermedio, pero no de la clasificación por puntos”, agregaron
Lo que mal comenzó, peor concluyó. Según EFE, el ambiente en contra de la participación del Israel en La Vuelta a España por la intervención militar de ese país en Gaza está siendo protagonista en el certamen.
En la crono por equipos de Figueres fue interrumpida la marcha del equipo en pleno esfuerzo. El pasado martes en Lumbier un grupo de activistas estuvo a punto de provocar alguna caída.
El debate estaba cobrando fuerza a medida que pasaban las etapas. En la salida de Bilbao los comisarios reunieron a los equipos para tratar temas de seguridad, pero la etapa salió. En la neutralizada hubo otro parón ante la presencia de un grupo que se dirigió verbalmente a los corredores.
Ambiente de cierto “miedo”, según algunos corredores, de incertidumbre y de descontrol según avanzaba la etapa. El ambiente en los pasos por El Vivero y Pike era como siempre festivo y ejemplar, como suele ser habitual en el País Vasco. Pero las noticias que llegaban desde la línea de meta eran diferentes.
La meta se convirtió en escenario de una manifestación que hacía imposible el paso de los corredores. La decisión, pensando en la seguridad de los ciclistas, no se hizo esperar.
“Se mutiló una etapa que marchaba emocionante con el duelo entre el danés Jonas Vingegaard y el británico Tom Pidcock”, zanjó el citado medio.