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Julio Soto y Alejandro Calvo lograron la hazaña de conectar con la civilización a través de un teléfono satelital tras alcanzar la cumbre del Ojos del Salado, el volcán más alto del mundo. La travesía, que comenzó en Copiapó, implicó diez días de preparación y aclimatación previa. Soto describió el ascenso como el más difícil debido a la altitud, llegando al cráter exhaustos pero felices. Con este logro, se preparan para enfrentar la última etapa de su aventura \'Montaña sin Límites\': el Aconcagua. Este proyecto será plasmado en un documental a cargo del director Vicente Fernández, y contaron con el apoyo logístico de la Escuela de Montaña del Ejército de Chile. La historia de superación de Julio Soto, quien perdió su pierna derecha a los nueve años y luego representó a Chile en los Juegos Paralímpicos de Invierno, continúa inspirando a través de charlas motivacionales.

Gracias a que subieron con un teléfono satelital, a las 14:45 horas del martes 10 de diciembre Julio Soto y su acompañante, Alejandro Calvo, lograron la primera conexión con la civilización para avisar a Santiago de Chile que habían logrado la cumbre del Ojos del Salado (6.893 metros).

“Hicimos cumbre. Un hito histórico. Acá está muy helado, calculamos unos menos 15 grados. Llegamos todos bien. Sanos y salvos, pero muy agotados. Descansamos dos horas y ahora comenzaremos el retorno a casa”, contó Calvo, poco menos de dos horas de llegar a la cima del volcán más alto del mundo, a través de un teléfono satelital.

La operación ‘Ojos del Salado’ comenzó diez días antes, cuando Julio Soto y Alejandro Calvo viajaron hasta Copiapó, para luego internarse hacia la cordillera. La travesía consideraba día de preparación y de aclimatación previa, clave para lograr el objetivo.

Al respecto, Julio Soto complementa: “Hasta el momento ha sido el ascenso más dificil, no por lo técnico, sino para la altitud”.

Sobre este nuevo logro de su aventura ‘Montaña sin Límites’, Julio Soto reflexiona: “Me sentí muy cansado, producto de la altura. Salimos caminando a la una de la mañana y alcanzamos el cráter diez horas después. Llegamos al cráter con mucha fatiga y afectados por la altitud, pero muy contentos de lograr este nuevo paso”.

La travesía de Julio y Alejandro no termina acá. Queda una etapa más de la travesía bautizada como ‘Montaña sin Límites’. Pero una de las más importantes, ya que solo resta la última: el Aconcagua (6.960 mts), su meta final y la cumbre más alta de América.

Finalizado todo este proyecto se realizará un documental, el que estará a cargo del director Vicente Fernández, quien nos ha acompañado en distintas etapas del proceso.

En esta ascensión, Julio Soto y Alejandro Calvo fueron logísticamente apoyados por la Escuela de Montaña del Ejército de Chile.

Julio Solo, que a los nueve años perdió su pierna derecha producto de un cáncer, representó a Chile en el esquí en los Juegos Paralímpicos de Invierno de Corea del Sur y se retiró en 2019. Actualmente trabaja como traumatólogo y también da charlas motivacionales.