El sábado 6 de febrero el chileno Juan Pablo Mohr, junto a otros dos montañistas (el pakistaní Ali Sapdara y el islandés John Snorri), se perdieron en medio de su expedición por el K2, una de las montañas de mayor riesgo en esta disciplina, ubicada en la cordillera de Karakórum, entre China y Pakistán.

El gobierno pakistaní, provisto de helicópteros militares, batalló contra el implacable clima y buscó por días el rastro de los deportistas, con una cuota de esperanza.

Sin embargo, a dos semanas de su desaparición, el Gobierno de Pakistán dio una conferencia de prensa donde dieron como fallecidos a los tres deportistas extraviados.

“Hemos llegado a la conclusión de que los escaladores ya no están en este mundo”, dijo el ministro de Turismo, Raja Nasir Ali Khan.

En la rueda de prensa se explicó que esta dura decisión se tomó en conjunto con el gobierno, el ejército de Pakistán y las familias de los tres escaladores.

“Yo, junto con varios otros montañistas internacionales, tengo la firme convicción de que ocurrió un accidente en su camino de regreso después de haber alcanzado la cima del K2. En este momento de inmenso dolor, el apoyo y el amor de los paquistaníes ha sido una fuente de gran aliento de dinero. Pakistán ha perdido a un héroe nacional patriota”, dijo el hijo de Ali Sapdara, Sajid, quien también fue parte de la conferencia.

Recordar que durante un momento se abrió una luz de esperanza, pues se pensó que los montañistas pudieron haber hecho una cueva en el hielo para guarecerse. Sin embargo, hoy la realidad es otra.

La hermosa ceremonia de despedida

La escaladora italiana Tamara Lunger, compañera en el ascenso y amiga de aventuras de Juan Pablo Mohr, compartió un sentido mensaje en sus redes sociales, donde mostró además la ceremonia de despedida que se le hizo al chileno.

“Decir adiós al Campamento Base y dar la espalda a la montaña había sido duro. Ahora que toda esperanza se había ido, queríamos despedirnos de JP con una ceremonia”, partió diciendo.

“Él deja un gran vacío en muchos de nosotros, lo sé y lo siento con dolor, pero en estos días, y en contacto con toda la familia Mohr, nos dimos calor, cercanía, y plantamos las primeras semillas comprometiéndonos a convertirlas en flores de colores y plantas fuertes, que volverán a dar alegría y sonrisas en diferentes lugares de este planeta”, agregó.

“Estarás en mis pensamientos todos los días JP y prometo hacer todo lo posible para seguir adelante con tu amabilidad y generosidad, con esta pasión y amor que me diste todos los días”, cerró.