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"Quiero vivir del skate hasta que me muera": la historia del chileno que sueña con brillar en Tokio

28 septiembre 2020 | 07:30

Marcelo Jiménez vive y ama el deporte. Desde temprana edad este rider nacional incursionó en varias disciplinas: atletismo, natación y lucha olímpica, antes de descubrir su verdadera y única pasión: el skate, deporte que lo ha llevado a lugares que jamás imaginó.

A sus 23 años, Marcelo goza de los frutos de su esfuerzo y constancia. Por ejemplo, el año pasado fue campeón del ‘Rey de Reyes’ y ha viajado por Estados Unidos, Europa y Asia mostrando su talento.

Sin embargo, uno de sus sueños es ser parte del equipo chileno que participará en el debut de esta disciplina en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

La clasificación está a la vuelta de la esquina, pues Jiménez sabe que conseguirá los puntos necesarios para meterse en estos Juegos.

“Me enamoré de la alegría y la dificultad que tiene”

Hola Marcelo, ¿Cómo estás? ¿Cómo ha sido el tema de la pandemia?

Al comienzo nos cuidamos harto, luego comencé con los entrenamientos en casa. Cuando pasó un poco la pandemia el Gobierno me dio un permiso para poder volver a la pista, pero con ciertos cuidados, siguiendo protocolos.


¿Cómo te iniciaste en este deporte?

Al principio, cuando vi el skate, lo vi como algo entretenido, pero cuando vi a mi hermano sacar trucos lo intenté. Al hacerlo me caí y me gustó. No es un deporte fácil, hay que tener perseverancia, te da alegrías.

Tus primeros pasos en el deporte fueron en la lucha grecorromana, ¿Qué te hizo cambiarte al skate?

Desde muy niño (mis papás son deportistas) con mis hermanos siempre hicimos deporte, entre natación, atletismo, hice de todo. En la lucha olímpica estuve más tiempo. Después, cuando vi el skate, me generó un impacto, me gustaba hacerlo, me divertía, tenía desafíos diarios. Me enamoré de la alegría y la dificultad que tiene.

Hoy en día son muchos quienes practican el skate, una disciplina catalogada como callejera. ¿Cómo fue esa transición del hobby a ser un profesional?

Al principio uno lo toma como un juego. Cuando gané mi primer campeonato, el primer torneo que competí lo gané, llevaba como cuatro o cinco meses patinando. Ahí mis amigos me dijeron que tenía talento. Para mi era un entretenimiento, pero comencé a ganar campeonatos.

En ese momento era muy pobre, comencé a ganarme ropa, cositas, los auspiciadores me regalaron tablas. Ahí dije que podía vivir de esto. Realmente lo quiero hacer profesional, porque era algo que realmente me apasionaba.

“Cuando fui papá y tomé la decisión de casarme todo fue más centrado hacia el skate

En esta madurez y equilibrio, influyen tus creencias religiosas? Tengo entendido que eres miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Estás casado y tienes dos hijos.

Mucho, desde muy niño quise ser papá, como soy mormón, siempre fue meta tener mi familia. No era que quería andar en skate y ser libre, quería hacerlo pero también tener mi familia. Eso me hizo ser un poco más profesional. Tuve que esforzarme el doble, cuando fui papá y tomé la decisión de casarme todo fue más centrado hacia el skate.

Para aquellos que no saben, aparte de la patineta, qué se necesita para practicar este deporte?

Se necesita sacarse el miedo, tener coraje. Algo que me sirvió mucho para poder practicar es que soy muy terco, hay trucos que te van a costar, y tienes que ser muy terco para continuar.

Tú especialidad es el bowl, ¿Hoy en Chile existen pistas de bowl de calidad internacional?

No, no hay ninguna. Mi nivel de bowl que he alcanzado lo he hecho viajando, no progresé en Chile. Cuando fui a Estados Unidos, llegué intentando andar en bowl, era bueno, pero era diferente, se volaba de otra forma.

¿Es difícil ser deportista en Chile?

Yo, y otros atletas, si hubiésemos nacido en el extranjero, seríamos los número uno en cualquier país. Tenemos que luchar el doble o el triple. Cada vez que vamos a campeonatos internacionales lo hacemos en desventaja, así es como vamos, y lograr un podio o un cupo es casi un milagro.

“Me alegró mucho el cambio cuando el skate se volvió olímpico”

¿Tienes algún referente en el mundo del deporte?

La verdad, no, si hay chicos que me gustan como patinan. Yo creo que mi referente de vida es mi hermano mayor Patricio. Es un hombre que admiro mucho, antes de ser skate hay que ser buena persona, prefiero admirar a alguien como es a como anda.

Uno de tus sueños es clasificar a tus primeros Juegos Olímpicos, en Tokio 2020, ¿En qué está eso?

Actualmente estoy 34, pero con el descarte quedaría 21. Actualmente hay 11 brasileños al frente mío, pero cada país lleva solo 3 atletas, tres cupos, los ocho restantes para la casa, y ahí paso hacia adelante, ese es el descarte. Actualmente estoy 21, un japonés me está dejando afuera, y con los campeonatos que se vienen tengo que sumar puntaje para ir avanzando. Van los 20 mejores.

¿Qué aspiras ahí si logras clasificar?

Poder clasificar no es todo para mí. Realmente lo que quiero lograr con esa clasificación es poder demostrarle a Chile y al mundo que nuestro país tiene talento. No importa de donde vengas, yo era muy pobre cuando era pequeño y no tenía recursos para nada, y pude salir de ahí. Con esfuerzo pueden llegar donde ellos quieran. Quiero dejar una huella en el skate en Chile.

El 2015 fuiste a capacitarte a Estados Unidos, fue un antes y un después en tu carrera?

Marcó mi carrera. Vi realmente como el skate era afuera. Era como el fútbol, todos lo ven, todos lo apoyan. Los chicos pueden vivir de eso. Ahí dije, ‘quiero llegar lo más lejos posible’. Cambió demasiado mi punto de vista sobre el skate chileno.

“Quiero vivir del skate hasta que me muera”

¿Qué te parece la profesionalización que ha tenido esta disciplina en los últimos años?

El skate cambió mucho, me alegró mucho el cambio cuando se volvió olímpico. El deporte que amo, que no es olímpico, y que se vuelva, es la raja. Yo no tomo, no fumo, no carreteo, siempre me preocupo de mi estado físico, yo ya viví ese skate, el profesional.

Tengo entendido que te ofrecieron irte a vivir a Brasil, una de las cunas de este deporte, y decidiste quedarte, ¿Por qué?

Mi meta siempre ha sido irme a vivir a Estados Unidos, allá quiero irme a vivir con mi familia. Pero estoy haciendo una carrera en Chile, me gusta, de todos los países que he viajado Chile tiene algo que hace que me quiera quedar acá, está mi familia. Me gusta la gente también.

¿Cuáles son tus sueños a futuro?

Poder vivir del Skate hasta que me muera. Poder ayudar y potenciar a la nuevas generaciones, apoyar a las fundaciones y tener mi propio centro de entrenamiento acá en Chile para poder ayudar a los otros jóvenes.