Jessica Shuran Yu, patinadora sobre hielo nacida en China y que hoy compite por Singapur en torneos internacionales, reveló su crudo testimonio de los maltratos físicos y psicológicos que recibió de parte de su entrenador cuando era niña.

“El maltrato empezó a los 11 años. Mi entrenador me golpeaba usando las guardas, que son unas fundas de plástico que cubren las cuchillas. Cuando se enfadaba conmigo, cuando consideraba que cometía el más mínimo error, me pedía que elevara la mano. A veces me golpeaba en las piernas y los brazos sin aviso”, confesó.

A través del periódico inglés The Guardian la deportista hizo público su testimonio, poniendo énfasis en los maltratos físicos que recibió.

“Podía pasar en medio de un entrenamiento, delante de todo el mundo, o después, en zonas apartadas donde me gritaba y golpeaba aún más fuerte. En días especialmente malos, me golpeaban más de 10 veces seguidas hasta dejarme la piel en carne viva”, relató la campeona de los Juegos del Sudeste Asiático 2017.

Jessica, que comenzó en el patinaje a los 9 años, profundizó además en los abusos que los otros entrenadores tenían con sus deportistas. “Perezoso”, “estúpido”, “retrasado”, “inútil” y “gordo” eran algunos de los insultos.

“Cuando tenía 14 años y atravesaba la pubertad, comencé a luchar con mis saltos porque estaba aumentando de peso. Era golpeada en la espinilla con la puntera de un patín para obligarme a intentarlo de nuevo. No me dejaban cojear o llorar. La mayoría de las veces ese abuso ocurrió frente a otros patinadores en la pista. No se lo dije a ninguno de mis amigos, adultos en la escuela o en mi federación, porque me sentía muy humillada. Era inhumano”, recordó.

La patinadora también relató el calvario que vivió en las pruebas camino a la edición de los Juegos Olímpicos de Invierno, que se realizaron en Pyeongchang 2018.

“Tenía problemas con los alineamientos de las cuchillas y me rompí en el vestuario debido al estrés. Mis lágrimas le molestaron. Me dijo que parara y como no lo hice, me dio una patada en el pie e hizo que se me bloqueara el talón. Estuve 15 minutos con hielo, pero cuando volví a la pista, no podía saltar. Estuve dos días de baja, justo antes de los clasificatorios”, reveló.

La patinadora, que se retiró de la actividad profesional en junio de 2018, confesó que tras su traumática experiencia está decidida a ayudar a otros deportistas chinos a que no pasen por lo mismo que ella vivió.

“Hubo un momento en mi vida en el que el abuso me hizo odiar el deporte. Temía ir a los entrenamientos, deseaba que hubiera accidentes de coche y sollozaba durante todas las sesiones de entrenamiento. Pero ahora sé que lo que odiaba no era el patinaje, sino la crueldad. Los jóvenes atletas deberían poder amar su deporte sin pasar por lo que yo y tantos otros tenemos”, dijo.

“Me duele mucho saber que este abuso sigue ocurriendo. Muchos atletas y entrenadores creen que este comportamiento es necesario y normal en China. También es difícil para los atletas chinos hablar. Podrían perder su lugar y sus carreras podrían terminar. Pero como atleta de Singapur que entrenó en China, siento que estoy en una posición única. Esta es una plaga que se extiende en deportes estéticos como la gimnasia, el patinaje y en ambientes donde adultos pueden explotar a jóvenes chicas con grandes sueños”, cerró.