Está cansada de la polémica y quiere el retorno de su especialidad. Trinidad Segura, una de las importantes figuras del surf chileno, denunció persecución y criminalización de su deporte en el país.

“Tratan al surf como un crimen. Imagínate que se han visto cosas insólitas. Hay tardes de redadas de militares siguiendo a surfistas”, lamentó Segura (campeona nacional en 2010) en dialogo con AS Chile.

“Es denigrante para los propios militares que tengan que ocupar su energía y tiempo para esa misión. Hasta ellos comentan que es una lata. Se sienten mal por tener que hacer eso, en vez de repartir canastas de comida”, complementó.

Trinidad recalca que ella y sus amigos “son personas que están haciendo deporte en un mar donde nadie se topa con nadie. No entiendo por qué lo ven así”. Por ello, considera injusto que no estén autorizados a practicar en medio de la pandemia en Pichilemu.

“El surf alimenta este pueblo. La ola no contamina, y le da economía al sector. Creen que autorizar el surf es darnos un privilegio, pero no entienden que tiene beneficios físicos y mentales. El tema es raro y cerrado de cabeza. Lo que más molesta que hay tema más importantes. El surf es nuestro motor y no nos vamos a contagiar en el agua”, agregó la también exseleccionada chilena.

“La gente dice que es una necesidad ir al banco o ir a la feria. Bueno, el surf es una necesidad para nosotros. Nosotros vivimos de eso, ya sea porque necesito hacer material, porque necesito entrenar, porque tengo escuela de surf, porque hago retiro, o porque debo probar las tablas. Y Pichilemu no está en una situación como para prohibirlo”, acotó.

Segura, en la misma entrevista, hizo hincapié en que la enorme fiscalización en las playas hasta ha influido en que el cordón sanitario de Pichilemu no haya funcionado correctamente. “No hay carabineros ni militares, porque van a seguir surfistas. La gente llegaba y pasaba en las entradas rurales, sin que nadie le pidiera nada”, sentenció.

“Para el surf se necesita una tabla y se va a surfear. Luego te vas para la casa y no viste a nadie. No necesitas más personas para el funcionamiento. Además el mar tiene un montón de beneficios físicos y mentales”, concluyó.