Muhammad Ali es sin duda uno de los deportistas de mayor trascendencia de la historia. El estadounidense fue amo y señor del ring de boxeo por varios años, al punto de haberse convertido en leyenda.

De hecho, Cassius Clay, su nombre antes de convertirse al islam, es para la mayoría de los amantes del cuadrilátero el mejor boxeador de todos los tiempos.

Sin embargo, si bien todos ahora conocen de este ídolo y sus grandes gestas, no muchos saben que el ingreso de Ali a este deporte se debió a una situación totalmente accidental: tras ser víctima de un lamentable robo cuando tenía solo 12 años.

Cuentan los entendidos que Ali paseaba una tarde de verano de 1954 por Louisville cuando un ladrón le arrebató su bicicleta Schwinn de color rojo y negro, de un valor de unos 60 dólares, consigna La Razón de España en una nota titulada “El niño al que le robaron la bicicleta”.

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Ese día el ‘ratero’, seguramente sin saberlo, cambió la historia del deporte para siempre.

El robo ocurrió frente al gimnasio Columbia, lugar al que Muhammad entró desesperado en busca de ayuda. El chico de 12 años denunció lo ocurrido a los presentes, entre los que estaba el policía Joe Martin.

Martin, que también oficiaba de entrenador de boxeo, le explicó a Ali que la bicicleta difícilmente podría volver y las palabras hicieron eco en el pequeño que aseguró que la recuperaría a los golpes si era necesario:
– “Todo eso está muy bien, pero ¿sabes pelear?”, preguntó Joe.
– “No, pero pelearía”, dijo Muhammad.
– “Entonces, ¿por qué no aprendes, antes de ir desafiando a la gente?”, replicó Joe.

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Después de ese diálogo los hechos se dieron con naturalidad. Joe Martin se transformó en el entrenador de un Muhammad Ali, como expresó El País.

Pocas semanas después Ali tuvo su primera pelea oficial y tuvo un debut triunfal, como rememoró en su momento el portal Huffington Post. Diez años después, con 22, el mismo chico víctima de un asaltante levantó el título mundial de los pesos pesados tras superar a Sonny Liston.

La verdad es que se desconoce si Muhammad Ali finalmente pudo recuperar su bicicleta, pero lo cierto es que la situación quedó grabada para siempre. Tanto que para el funeral del boxeador se pudieron observar colgantes con el modelo en diferentes sitios de la ciudad, siendo el más emblemático el que se ubicó afuera del gimnasio. A este último sector cada año llegan fanáticos a congregarse y recordar al ‘mejor de todos’.