Rompió el silencio. Carolina ‘Krespita’ Rodríguez decidió contar su verdad del delito que la tuvo en un cárcel boliviana varios meses encerrada en 2007.

Recordemos que la revista El Sábado de El Mercurio reveló en un reportaje titulado “El infierno boliviano de ‘Krespita’ Rodríguez”, donde se habló de vínculos de la boxeadora con el narcotráfico y que la misma habría evadido a la justicia tras alcanzar la libertad condicional.

Rodríguez, en entrevista con el programa Primer Plano de Chilevisión, admitió que cometió un grave error al transportar droga, aunque detalló que todo se originó por una deuda importante que tenía.

“En ese momento había emprendido un negocio, no tenía plata para trabajar y tenía la bala pasada de ser campeona mundial (kickboxing). Conocí a mucha gente que estaba ligada a esto y me ofrecieron transportar algo ilícito en Chile, era droga. Nunca la vi porque estaba empaquetada”, explicó.

En la misma línea, la deportista afirmó que “como estaba la situación, que le debía a todo el mundo, me bloqueé, ni siquiera pensé las consecuencias. En ese momento sentía que tenía que responder a esa deuda, demostrarle a mi familia que era capaz. Me ofrecieron 15 mil dólares. Fue una desesperación, sabía que era algo malo pero no lo pensé, fui”.

Además, Rodríguez relató el momento de su viaje a suelo altiplánico, y recalcó que intentó deshacer el negocio y que fue reprendida por los ‘capos’: “Fue por tierra, nos pidieron los pasaportes, y a mí en ese momento no me entraba la angustia. Cuando me trasladaron al lugar, dije que no quería llevar nada y quería devolverme a Chile. Me empezaron a amenazar… Si me devolvía le podían hacer algo a mi familia, así que pasé”.

“Estaba peleada con todo el mundo. Ni lloré. Cuando me llevaron a la cautelar, pensé que esta película iba a pasar. No reaccionaba”, complementó ‘Krespita’ al ser consultada por la fecha en que emprendió el viaje, un 31 de diciembre.

Sin embargo, todo cambió cuando llegó a la prisión. “Cuando ya estaba adentro me hice consciente de que la cagué, del daño que podía causar. Pagué, estuve encerrada 11 meses. A los cinco o siete días conseguimos que los mismos policías nos prestaran un celular y mi papá comenzó a averiguar cómo podía tener libertad preventiva”.

Finalmente, entre lágrimas, ‘Krespita’ -que sostuvo que no tiene deudas con la justicia o no podría viajar- agradeció el apoyo de su familia y especialmente de su progenitor: “La cárcel en sí es muy corrupta. Cuando mi papá llegó, tenía que pagar. Siempre tenía la esperanza de salir, pero luego tenía la resignación de estar ahí… saco lo bueno de todo esto. Logré ser campeona del mundo y me demostré que podía. Mi familia se siente orgullosa de mí y soy feliz desde que me levanto hasta que me acuesto”.