El chileno Kai Horwitz, que se había salido el domingo de la pista en la segunda manga del gigante de los Juegos Olímpicos de Pyeongchang 2018, volvió a tener una experiencia parecida este jueves en el eslalon sin poder terminar la primera de las dos bajadas.

Obviamente estoy decepcionado. Tampoco sabía qué esperar este día. Me estaba costando mucho el entrenamiento. Traté de esquiar lo mejor que pude y tengo mucho que trabajar en eslalon”, señaló el chileno.

El joven Horwitz, de 19 años, único representante del país andino en la disciplina técnica, marcaba un tiempo de 9,47 segundos más lento que el esquiador más rápido de la primera manga, el noruego Henrik Kristoffersen, en el segundo punto intermedio cronometrado, último registro antes de su salida de pista.

“Ahora tengo que seguir trabajando. Me falta bastante para llegar donde quiero llegar“, insistió, contrariado, el chileno, que disputó solo la prueba ya que su primo, Henrik Von Appen, que estaba inscrito, no la corrió.

Con su juventud, en su mente está tener una mejor participación dentro de cuatro años en los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022.

“La idea es empezar ahora de cero de cara a esos Juegos”, explicó.

La otra representante chilena en esta última jornada de esquí alpino, Noelle Barahona, tampoco pudo terminar la prueba de la combinada al salirse de la pista en el descenso.

Curiosamente, Barahona había participado un día antes en la final de descenso, donde había logrado un meritorio puesto 25, su mejor resultado tras cuatro participaciones en Juegos Olímpicos.

En estos Juegos de Corea del Sur, Barahona había obtenido antes un 39º puesto en el supergigante.