Tom Brady es sinónimo de NFL. El mariscal de campo de los New England Patriots es considerado como uno de los mejores de la historia del fútbol americano. Durante su exitosa carrera ha logrado quedarse 5 veces con el Super Bowl, siendo el jugador más valioso en cuatro ocasiones.

Sin embargo, en la final del Super Bowl LII donde su equipo enfrentó a los Philadelphia Eagles, el afamado deportista vivió una situación que seguramente querrá olvidar. Se jugaban los últimos minutos del partido y su equipo caía por 38-33, en sus manos estaba la posibilidad, una vez más, de lograr una épica remontada y darle el título a su equipo. Lamentablemente para las pretensiones del jugador de 40 años, nada de esto ocurrió y finalmente los Patriots perdieron por 41-33.

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En el momento de dirigir el último ataque, cuando todos los focos apuntaban a la máxima estrella de este deporte, apareció un actor secundario, en una maniobra que lo llevará a la historia de la NFL. El alero defensivo, Brandon Graham, se escurrió entre sus marcadores y logró interceptar el balón a Brady, echando por tierra su sueño de convertirse en campeón por sexta vez del evento deportivo más importante en los Estados Unidos.

Streeter Lecka | Getty Images / Agence France-Presse
Streeter Lecka | Getty Images / Agence France-Presse

La desazón fue total, el mariscal de campo entendió que tal como el balón de sus manos en la última jugada, su sueño de ser campeón se había esfumado repentinamente.

Con el partido sentenciado, Brady se desplomó sobre el césped, esperando que se acabara el tiempo y sabiendo que esta podría ser su última final. Las imágenes ya han dado vuelta el mundo quedando demostrado que hasta los más grandes, pueden fallar alguna vez.