La fractura del quinto metatarsiano fue un golpe duro para Valeska Lovera. La lesión la alejó de sus máximas aspiraciones deportivas, como jugar un mundial, del cual estuvo muy cerca tras clasificar junto a la selección femenina de balonmano en categorías menores.

No solo eso, pues la chance de partir a jugar al extranjero, otro de sus grandes anhelos, se desestimaba por completo debido a la fractura sufrida en uno de sus pies.

Para la penquista sin embargo, el balonmano significa mucho más que una disciplina cualquiera. En torno a este deporte ha crecido y vivido grandes satisfacciones pese al minúsculo apoyo que reciben en Chile quienes se dedican a practicarlo de manera profesional.

Su empeño y dedicación le llevó ser considerada nuevamente desde un club de afuera, en donde actualmente tiene grandes aspiraciones con el objetivo de alcanzar la experiencia y nivel necesarios para dejar a Chile en lo más alto de Sudamérica.

‘Callampita’, como suelen llamarle a la chiguayantina, atendió cordial a las consultas de BioBioDeportes, para detallar cómo ha desarrollado su carrera hasta la fecha y exponer lo complejo que ha resultado destacar con el escaso financiamiento y apoyo que reciben de la federación y el Gobierno.

No recibimos ayuda cuando nos llaman a jugar por Chile. Claro, nos pagan el pasaje ida y vuelta, pero cuando estamos entrenando en el país no nos dan un viático o una plata… Nada, ni para lo que es la alimentación, el traslado, menos alojamiento“, detalla la zurda, que actualmente se desempeña en el Club Aula Cultural de Valladolid a donde debe volver para iniciar una nueva temporada a fin de mes.

Fanática de la cazuela, Lovera arrancará en paralelo al deporte un nuevo desafío en España cuando en septiembre ingrese a estudiar Técnico en Edificación, “que es una especie de Construcción Civil“, apunta, evidenciando gran expectativa por lo que ya pronto se le viene.

Lovera jugando por CD Balonmano Aula / Vallanoticias
Lovera jugando por CD Balonmano Aula / Vallanoticias

Dos opciones para destacar

¿Cómo comenzó tu vínculo con este deporte?

El vínculo comenzó por mis hermanos. Ellos jugaban y recuerdo haberlos ido a ver durante un partido cuando tenía cinco años. Desde entonces me quedó gustando, comencé a jugar handball y a la vez jugaba básquetbol. Toda mi etapa de colegio hice estos dos deportes.

Continué hasta que en un momento los entrenadores de cada disciplina me dijeron que tenía que decidir por uno de los dos deportes, porque el objetivo era mejorar para alcanzar una buen nivel y llegar a conseguir algo en el futuro.

Escogí el handball porque me gustaba mucho más y aparte, como era menos conocido en ese tiempo, me llamaba mucho más la atención. Me dediqué solo a eso, seguí en el colegio y luego por un club aquí en Concepción.

¿Cuándo te diste cuenta que debías dar el paso y asumir de forma profesional en la disciplina?

Eso pasó a los 15 años. Iba los fines de semana a entrenar con la selección y en la semana lo hacía por mi club en Concepción. Mi entrenador, de la categoría, era Felipe Barrientos (del Club Italiano) y le dice a mi mamá que podía conseguirme una beca para estudiar gratis a la Scuola Italiana y una familia de ahí me apadrinaría.

El objetivo era que yo alcanzara a jugar en Europa. A esa edad, en principio, no quería irme porque no quería despegarme de mi familia y no sabía cuánto tiempo iba a estar fuera.

Finalmente dije que sí. Estuve tres años en Villa Alemana entrenando con Felipe y luego de ese tiempo me llamaron desde España, que era lo que yo tanto esperaba.

Algunas de sus destacadas jugadas en el Panamericano de Buenos Aires

Muchísimas gracias @pauuu.92 por el vídeo! #PanaBsAs2017 #Chile

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Una fractura la puso en Jaque

Fuiste parte de los planteles que clasificaron a los mundiales junior y juvenil. ¿Cómo evalúas esa experiencia?

Sí, estuve en la clasificación pero solo puedo hablar de los Panamericanos pues antes de ir al Mundial de Rusia me fracturé el quinto metatarsiano del pie y quedé fuera.

En el Panamericano Junior fuimos con una mentalidad de saber que podíamos ganar. Que nos enfrentaríamos a buenos equipo y decidimos ver cómo funcionábamos en cada partido y comenzamos muy bien.

Llevábamos muchos años jugando juntas pero no teníamos buenos resultados. Salíamos últimas, nos ganaban por 10 a 15 goles y cuando terminó el último partido -de la competencia- en donde nos dimos cuenta que ya habíamos clasificado logrando ser terceras panamericanas, fue una alegría gigante.

Después de tantos años al fin veíamos resultados. Estábamos felices y todo fue rápido, pues las que éramos juveniles llegando a Chile y tuvimos que inmediatamente cambiar el chip para disputar por una de las cuatro plazas para ir al Mundial en esa categoría en Eslovaquia.

Ahí también ganamos partidos que pensábamos estarían muy complicados. Le dimos pelea a Argentina. Al final en ese certamen nos dolió el empate con Uruguay pues nos dejo en cuarto puesto pero habíamos logrado el objetivo, aunque no pudimos conseguir una medalla.

La idea es seguir logrando más clasificaciones a mundiales en diferentes categorías. Para que así se masifique este deporte en el país, que seamos un equipo al que se le empiece a tener miedo, que los rivales nos vean como el equipo que somos: fuerte, aguerrido y que pelea hasta el final.

¿De qué manera se gestó el paso a la competencia en España? ¿Qué crees que tu actual equipo vio en ti para ficharte?

Me había fracturado y luego de eso Felipe me contó que uno de los equipos de España, en Barcelona, se había interesado en mi porque me habían visto en el Panamericano. Cuando ellos se enteraron que estaba lesionada desistieron. Yo dije aquí ya perdí, pero bueno, también me sirvió como motivación y seguimos.

Un par de meses después me llamaron del Club Aura Cultural de Valladolid y el entrenador le dice al mío que la zurda titular de ellos tenía una hernia en la espalda y se perdería todo que le quedaba de temporada y que necesitaban un reemplazante inmediatamente.

Cuando se dio dije: ‘por fin esto’, después de una fractura, de haberme perdido dos mundiales llegó la llamada que tanto esperábamos. Dos semanas después del llamado yo ya estaba jugando la liga de allá y se dio todo súper bien.

Tomando en cuenta esta experiencia internacional ¿Cómo evalúas el desarrollo del balonmano en Chile? Y con las selecciones de Sudamérica ¿En qué nivel está el país?

Íbamos bien, cuando en 2015 estuvimos con Juan Moreno como entrenador. Él nos sacó el jugo, nos mostró lo que era el alto rendimiento y en 2016 deja de ser nuestro entrenador. Ese año, después de clasificar a los mundiales, hubo una baja de entrenamientos y cambio de entrenadores.

Ahora con el equipo adulto estamos en séptimo lugar panamericano y eso no es bueno. Nosotros tenemos que estar peleando en los primeros puestos ya que somos un equipo que aspira a más.

Otro punto en contra es que en Chile no hay buenas ligas. Las que existen no funcionan bien, se aplazan partidos, no hay equipos competitivos. A nivel Sudamericano no estamos en un buen nivel como Argentina o Brasil, peleando por los puestos de arriba. Ellos tienen ligas buenísimas, parecidas las de España.

Si no nos funciona la liga acá, no podemos hablar de cómo nos va a ir en los torneos como selección.

Selección chilena de Balonmano en Argentina
Selección chilena de Balonmano en Argentina

Selección adulta, el poco financiamiento y sus metas

¿Qué evaluación realizas del Panamericano Adulto de Balonmano de Buenos Aires en cuanto a lo personal y lo colectivo?

En lo colectivo en el Panamericano partimos muy bien. Éramos realmente un gran equipo. Tuvimos dos giras antes que nos sirvieron mucho.

Yo creo que fuimos un buen equipo, que supo trabajar. Queríamos aprender, ganar pero jugamos bien hasta la derrota con Uruguay. Nos chocó mucho, pensábamos que les podíamos ganar y después de esa caída hubo un quiebre, no de equipo, sino de cada una.

Ese partido nos llevaba a la semifinal, pero no se pudo. Después le ganamos a Guatemala y luego luchábamos por el quinto y sexto puesto donde nos tocó enfrentar a Estados Unidos que fue un equipo duro. Peleamos pero perdimos.

Yo creo que a muchas nos seguía afectado la derrota con Uruguay. Había que hacer el cambio y seguir para concentrase en ese partido, pero no se dio así que nos correspondía luchar por el séptimo u octavo lugar. En este punto dijimos, ‘haber… no podemos perder esto, somo un equipo mejor y podemos luchar’.

Había que quedar lo más arriba que pudiéramos. Nos tocó con República Dominicana y les ganamos, quedando en el séptimo lugar pero las expectativas que nosotros teníamos eran mucho mayores. Aún así, como vimos al equipos, nos motiva mucho para seguir en los próximos años. Vamos a trabajar para mejorar para luchar una final.

Lovera ante Argentina | Federación chilena de Balonmano
Lovera ante Argentina | Federación chilena de Balonmano

¿Consideras estar bien respaldada en cuanto a apoyo de la federación y del Gobierno para trabajar con la selección y asumir así los diferentes desafíos deportivos?

El apoyo siempre a veces va a estar mal y otra veces bien. Hubo un tiempo, cuando yo era cadete, en el que nosotros nos teníamos que pagar los pasajes para jugar los Panamericanos, Sudamericanos y ahí estábamos mal. Había mucha gente de región y no recibíamos plata para ir a entrenar a Santiago, por ejemplo.

Esa parte del apoyo, del Gobierno y la Federación, no hay. Ahora se arregló en algo ya que nos pagan los viajes a los torneos, que es lo mínimo que tienen que hacer.

Yo, siendo jugadora de un club de Europa y otras seleccionadas, no recibimos ayuda cuando nos llaman a jugar a Chile. Claro, nos pagan el pasaje ida y vuelta, pero cuando estamos entrenando en el país no nos dan un viático o una plata… Nada, para lo que es la alimentación, el traslado, menos alojamiento.

Al final eso pesa. Uno viene desde Europa compitiendo en buenas ligas y llega a Chile para empezar el proceso con la selección, donde sabemos lo que queremos, pero lo terminamos haciendo por amor al deporte y la gente igual se aprovecha de eso.

Ellos dicen, “ya si van a venir igual, no les pagamos y listo”. Lo que estamos pidiendo nosotras es lo básico: traslado, alimentación y alojamiento. No pedimos que nos paguen, incluso nosotras perdemos dos o tres meses de sueldo en el extranjero por venir acá y eso es una pena porque necesitamos lo básico y eso es con lo que debería ponerse la federación y el Gobierno.

No tenemos respuesta, no tenemos nada. Nos dicen que no pero ni hacen el intento. Eso es lo que da rabia y también desmotiva mucho. Tu dices: vengo desde tan lejos y ni te apoyan, entonces es la parte mala que hay.

Cuéntanos sobre tus siguientes desafíos deportivos en el corto y largo plazo

En España, con mi equipo, espero subir del puesto en el que quedamos el año pasado (sexto lugar). Tenemos fichajes jóvenes pero queremos quedar más arriba y poder pelear el Europeo ara pelear con los mejores equipos.

En lo personal quiero aprovechar cada entrenamiento para llegar a Chile y hacer bien la pega. Poder ayudar a mis compañeras.

Con la selección nacional, esperamos poder mejorar y lograr llegar a los mundiales. Que sea constante la clasificación y que en los Panamericanos los rivales nos tengan miedo porque ya no somos el Chile que éramos antes.

A largo plazo mi idea es estar en España uno o dos años más. Yo quiero estar allá hasta que sienta que sienta que ya recibí todo el aprendizaje y mi idea siempre es buscar otro club, ojalá en otro país, donde tenga una mejor liga con más roce y entrenamientos.

No me quiero quedar toda la vida en un mismo club. Cambiar me ayudará a sumar experiencia y eso es lo que quiero. Este año sigo en el mismo club, pero terminando la temporada tengo que ver qué ofertas me llegan. Ahora también tuve una oferta de Francia pero la tuve que posponer porque ya había firmado por el Aula.