Dos días faltaban para año nuevo y Diego Rivas estaba algo falto de ánimo. Un desgarro en la espalda le obligó a reducir la intensidad del entrenamiento que retomaba tras rebeldes lesiones sufridas meses atrás, y que sin embargo no mermaron su entusiasmo.

Dichos malestares pusieron contra la pared sus objetivos el 2016. “Uno casi me quita la vida pero no pudo“, remarca el cholcholino, quien se caracteriza por la voluntad y el esfuerzo, condiciones que le hicieron vencer un agresivo cáncer detectado el mes de marzo.

El único chileno en ser parte de la Ultimate Fighting Championship (UFC) vivía un terremoto cuando su carrera deportiva iba en ascenso. Las palabras del médico tras un control de rutina calaron hondo e hicieron pensar al ‘Pitbull’ que tanto esfuerzo desde los 15 años no valdrían la pena.

Si hubiera pasado un mes más sin haberlo detectado ‘tu ya habrías estado muerto’“, le explicó en forma directa el doctor por lo que cuatro días después a la amarga noticia tuvieron que intervenirlo.

Casi nueve meses después el deportista dice ser una nueva y mejorada versión de sí mismo. Ya no solo es confianza pura, ahora adquirió valores agregados que sigue perfeccionado día a día dentro y fuera del octágono.

Trabajo en un proyecto nuevo, con mi entrenador Jonathan Ortega, quien tiene un gimnasio que es un poco más amplio de lo normal con un hexágono adentro. Tiene un suelo que no es común en los gimnasios de acá en Chile. Es un proyecto nuevo en el que yo estoy ayudando con las clases. Estamos tratando de sacar un semillero bueno de atletas“, puntualiza Rivas a BioBioDeportes.

Pese a estar en etapas finales de rehabilitación médica el peleador sigue una intensa rutina, que divide en la semana para retomar el gran nivel que le alzó como figura prominente del UFC.

Me levanto cerca de las seis de la mañana, tomo un buen desayuno para rendir en los entrenamientos. Lunes, miércoles y viernes hago la parte física en un gimnasio de entrenamiento funcional en donde trabajo el acondicionamiento para poder pelear. Después de una hora de descanso entreno todo lo que es artes marciales, Kick boxing o jiu jitsu y luego, por la tarde, trabajo artes marciales mixtas”, explica.

Los días martes por la mañana Rivas entrena manoteo con uno de los profesores que le ayuda en el golpeo desde las 09:00 a las 10:00 horas, mientras que a las 13 realiza jiu jitsu o lucha y a las 17:00 nuevamente jiu jitsu.

Entrenamiento con Jonathan Ortega | Instagram
Entrenamiento con Jonathan Ortega | Instagram

Esta semana tuve que bajar un poco el ritmo por un desgarro en la espalda y eso me tuvo un poco bajoneado, porque venía entrenando super bien, retomando mi ritmo”, reconoce el especialista en artes marciales mixtas, quien explica volver de a poco al deporte gracias al respaldado de su familia y cercanos, las piezas fundamentales por las que asegura volverá a lo alto de la competencia.

Es el pupila a pupila con Diego Rivas, el chileno que destaca en la UFC y que el pasado año estuvo alejado por desafortunadas complicaciones que sin embargo no le han hecho desistir, sino que le han moldeado como un hombre más fuerte, que prefiere disfrutar de lo simple pero trazándose definitivamente grandes objetivos.

Tiempo libre, apodo e inicio en la MMA

Lo paso con mi familia, cercanos y amigos porque en realidad son ellos los que ahora para mi cuentan. Pretendo irme a Estados Unidos nuevamente y quiero llevarme muchos recuerdos, mucha motivación de la gente que quiero. Me dicen ‘Pitbull’ pues cuando era pequeño fui muy temperamental, me enojaba con mucha facilidad. En las peleas siempre iba para adelante y mientras más me pegaban eso más me motivaba y por eso me colocaron así. No me gusta mucho, porque en todos lados hay un Pitbull. En la última pelea que tuve había como tres, por eso no me gusta mucho, aunque ya casi todos me conocen así. Sí hay uno que le hace mucho honor a ese apodo: el Gary (Medel), quien es un referente porque entrega todo siempre. Da el cien por ciento sin importar si está lesionado, porque a la hora de jugar, de hacer su trabajo, es un tipo que no le importan las condiciones pues siempre va a dar todo y la verdad que eso lo admiro bastante.

Diego ¿cómo llegaste a las artes marciales mixtas?

Siempre me gustó el tema de las peleas. A temprana edad no pude conocerlo pues mi mamá no me dejaba, ella era muy protectora en ese sentido. Nunca me lo permitió. Yo llegué a conocer las artes marciales tras la muerte de mi mamá. Ella falleció cuando tenía 15 años y quizás como una forma de probar cosas nuevas y tras la invitación de un prima al gimnasio para practicar Karate, conocí este deporte. Justo en ese entonces se hacían artes marciales mixtas y el profesor que estaba ahí debió haber visto condiciones en mi, no sé, pero me invitó a esas clases. El primer día me pegaron todos pero yo tenía garra, corazón, iba para adelante y lo mejor era que aprendía rápido. Desde aquél entonces me enamoré del deporte. No pude dejar de practicarlo y seguí adelante hasta hoy. El deporte a mi me entregó muchas cosas. La persona que soy hoy se lo debo a mi familia y al deporte.

¿Pensaste en lograr tanto con las artes marciales mixtas?

Siempre he considerado que soy una persona obsesiva. Dejé tantas cosas de lado para poder lograr mis sueños, que era llegar al UFC, que nunca pensé que a tan corta edad podía lograrlo. Mi meta era poder estudiar para juntar dinero y así irme al extranjero a entrenar. Esa era mi primer objetivo. Siempre supe que quería ser un peleador. Desde que pisé un octágono, un hexágono o entré a una jaula, yo dije esto es lo mío, es de lo que yo quiero vivir.

¿Qué significa para ti ser el único chileno en la UFC?

Para mi es un peso enorme ser el único peleador chileno en estar ahí. Es muy complicado ser el único, tengo mucha presión porque no quiero desahogar a nadie. Dentro de la empresa me he ganado un nombre. Si bien es cierto que aún me falta mucho por mejorar, soy joven todavía, aprendo rápido y por lograr los objetivos me voy a esforzar sin importar nada. En eso estoy ahora, me voy a entrenar afuera porque me quiero preparar con los mejores y la próxima pelea que tenga la voy a ir a ganar. Sé que voy a pelear este año dos o tres veces y por eso voy a prepararme al cien por ciento para ir a ganar. Tengo mucha convicción, siempre digo que voy a ganar. ¿Si yo no creo en mi quién más lo va a hacer?

Rivas vence a Lahat | UFC
Rivas vence a Lahat | UFC

No solo eres el primer nacional en la empresa también escribiste una historia positiva tras haber alcanzado victorias en el UFC, ¿Los triunfos son un recuerdo especial?

Lo primero más grande para mi fue haber quedado en la empresa. Cuando uno va caminando hacia el octágono y ve la arena, pensando en que hace cinco años soñaba con estar ahí y que hay diez mil personas que quisieran estar en tu lugar, eso ha sido la emoción más grande que yo he sentido. Ahora, el ganar es importante y muy gratificante pero para mi va más allá. Las dos peleas que he ganado ya son parte del pasado (la primera la ganó por decisión unánime y la segunda por knock out). Lo que me queda ahora es pelear nuevamente, seguir ganando, representando a mi país y a la gente que me sigue.

¿Tienes muchos seguidores?

Yo no dimensionaba todo el cariño que la gente me tiene. Nunca pensé que la gente me iba a querer tanto y en realidad eso es muy bonito. Todo el año me mandan mensajes y fueron muchos más cuando supieron que estuve enfermo, eso me llena como persona.

Por cierto tu knock out a Noah Lahat fue destacado como uno de los mejores del año por UFC

Sí, la verdad me lo tomé con bastante calma. Ahora es bonito que te reconozcan tu trabajo, en ese sentido lo que más me chocó fue que la empresa UFC lo haya escogido como el mejor knock out del año. O sea que Diego Rivas, un cholcholino, un niño pueblerino que no tenía plata ni para comprarse un par de guantes hace cinco años atrás ahora es el mejor knock out del año dentro de la empresa más grande del mundo en la disciplina. Eso me llena de orgullo. Yo creo que debe ser algo similar a lo que siente un jugador de fútbol cuando marca en el último minuto y su equipo gana gracias a su gol. Gracias a lo que tu hiciste tu equipo ganó. Acá es lo mismo pues detrás de mi hay un equipo técnico fenomenal.

Cuando tu carrera iba en ascenso recibiste un duro golpe a raíz de un cáncer ¿Cómo viviste el proceso desde que te detectaron la enfermedad en marzo?

Fue fuerte escuchar la palabra cáncer, pues inconscientemente ello es sinónimo de muerte y lo primero que se me vino a la cabeza fue; ‘me voy a morir’. Mi cáncer era uno de los más agresivos y rápidos. El doctor me dijo que si hubiera pasado un mes más sin haberlo detectado ‘tu ya habrías estado muerto’. Un día lunes me lo detectan y al viernes siguiente ya estaba operado, así de rápido fue el proceso porque estaba contra el tiempo. No se sabía el real alcance pero las condiciones en que se veía hacían temer que podría estar ramificado. Lo más fuerte fue para mi familia y mis amigos. Ellos temían que me pasara algo. El haber pasado por un cáncer me sirvió pues después de eso hay un nuevo Diego Rivas. Ahora valoro mucho más las cosas, no las materiales sino que la gente que tengo al lado y en su calidad humana.

¿Pensaste en abandonar tu objetivos deportivos?

No. Yo soy un tipo que siempre da pelea dentro y fuera del octágono
. Puedo tener un millón de problemas pero siempre voy a andar con una buena cara. Fue un año bastante complicado en el cual tuve dos lesiones y una que casi me quita la vida pero no pudo, después tuve una complicación a mi rodilla que también fue un proceso de recuperación bastante lento. Por un momento veía todo negro, que todo iba mal. Pase cuatro meses en los que no hacía nada, solo pasaba acostado viendo TV pero me sirvió para pensar mucho. Si bien es cierto que perdí mucha condición física y nivel técnico, gané una mentalidad mucho más fuerte. Creo que la cabeza que tengo hoy en día no la tenía dos años atrás.

Pesaje de Diego Rivas | UFC
Pesaje de Diego Rivas | UFC

¿Ya estás de alta para pelear?

El médico me dio el alta pero no para competir. Estoy listo para seguir recuperándome físicamente así que pretendo en abril o mayo, si Dios quiere, poder pelear. Hago mi preparación dos o tres meses antes de una pelea en Estados Unidos, si bien hay muy buenos peleadores en el país afuera es aún mayor la exigencia.

¿Metas para este 2017?

Me quiero rankear en el UFC. Quiero entrar al top 10 o 15 dentro de mi categoría. Eso sí, quiero bajar de los 145 a 135 libras porque después del cáncer bajé de peso. Mi mayor meta es ser campeón de UFC, pero soy realista y mi objetivo más cercano es poder llegar al top ten de la competencia porque sé que lo puedo lograr. Para eso me estoy sacrificando. UFC se portó muy bien conmigo. Es una empresa espectacular que se preocupa por sus peleadores y mis auspiciadores, además de la municipalidad de Cholchol, siempre han estado conmigo. El municipio ha sido un pilar fundamental porque han estado siempre apoyándome en forma económica, física y emocionalmente.

Hablando de crecimiento y apoyo ¿Qué análisis realizas del desarrollo de la actividad en el país?

Día a día este deporte crece exponencialmente y con el paso del tiempo se desarrollan también más peleadores, cada vez hay más gente interesada. Cada día son más los que saben lo que son las artes marciales mixtas. Eso es bonito, el ver que la gente te reconoce en la calle o te pide una foto.

A mi como peleador me llena mucho.

¿Falta algo para mejorar ese desarrollo, difusión tal vez?

Sí. Esa es la triste realidad de todos los deportistas que no somos futbolistas acá en Chile. Lamentablemente falta apoyo, que las empresas privadas se pongan.

Yo, por ejemplo, me quiero dedicar cien por ciento a esto y para eso me faltan mucho más auspiciadores.

¿Hay buenos elementos en en el país?

Acá hay un semillero muy bueno de peleadores, varios pueden llegar a lo más alto y yo muchas veces entreno con ellos. Lo único que les falta es su oportunidad y así tendríamos una cantidad de peleadores chilenos enorme.

Con altos y bajos pero, ¿qué análisis realizas tu del año 2016?

Este año tuve momentos muy malos, ingratos, pero como dice el dicho después de la tormenta viene la calma y hoy en día superé la tormenta y ahora estoy conociendo lo que es la calma, el bienestar.Pensé que nunca más iba a estar bien pero Dios y la vida me mostraron que sí hay cosas más bellas, así que este año lo resumo en que nunca hay que esperar la esperanza y la fe. Yo creo que eso es lo más importante, pues no todas las cosas son rápidas, requieren de gran tiempo y esfuerzo, pero cuando llegan son buenas. Siempre debe haber un aprendizaje, eso me quedó de este año.