A finales de 2014 la carrera de María Francisca Rivas dio un vuelco tras el retiro de Camila Pazdirek, su compañera de vóleibol playa. Las metas que tenían por delante hacían presagiar un futuro prometedor, debido a las experiencias en los Panamericanos de Guadalajara 2011, Bolivarianos de Trujillo 2013 (ganaron la plata), Odesur 2014 y hasta algunas fechas del prestigioso circuito mundial de la disciplina, donde llegaron a estar dentro de las 30 mejores del orbe.
La irrevocable decisión de la ‘Cami’ -que abandonó el alto rendimiento ante la falta de apoyo- dejó un “vacío enorme” en la ‘Fran’, que tuvo que comenzar de nuevo con su proyecto deportivo.
Lo primero era buscar una nueva partner y la encontró en Pilar Mardones. Así, comenzaron las prácticas y competencias que las llevaron a los Panamericanos de Toronto 2015. El décimo lugar en Canadá fue un aviso de lo que podía hacer la naciente dupla chilena, que tras participar en los recientes Juegos Bolivarianos de Playa 2016 en Iquique ya se enfocan en su máximo objetivo: clasificar al Campeonato Mundial de Vóleibol Playa 2017.
En conversación con BioBioChile, la profesora de educación física se refrió a los venideros desafíos, a lo importante que ha sido Mardones en el “reinicio” de su carrera y al complicado tránsito de vivir como deportista sin dejar su profesión.
Primero que todo, ¿cómo evalúa su experiencia en los Juegos Bolivarianos de Playa 2016, torneo en que rozó la bronce?
Con la ‘Pili’ quedamos con un gusto amargo, sabíamos que podíamos ganar ese partido (contra Paraguay por el tercer y cuarto lugar). Nos intoxicamos con la comida, tampoco creemos que es una excusa pero si hubiésemos estado en mejores condiciones de salud podríamos haber ganado. Estamos contentas con haber pasado a semifinales después de un año y tanto que estamos jugando juntas. Fue muy enriquecedor llegar a esa instancia y creemos que de aquí en adelante tenemos que abocarnos más a eso.
¿Qué le parece que el Team Chile haya obtenido el primer lugar en el medallero de los Juegos Bolivarianos de Playa?
Me parece increíble, se refleja el trabajo y el esfuerzo que hacemos todos los deportistas para lograr algo para Chile. Me siento orgullosa de ser parte de ese logro como país. Hay que seguir trabajando para lograr mejores puestos, no sólo en Bolivarianos sino también a nivel Panamericano.
¿Cómo se complementa con Pilar Mardones? ¿Qué tan fundamental ha sido su compañera desde que se conformaron como dupla?
La ‘Pili’ es fundamental, es mi 50 por ciento. Nos ha costado mucho agarrar ritmo, ha sido un proceso de altos y bajos, pero creemos que últimamente nos hemos afiatado mucho más después de varios lapsus que hemos tenidos, que nos hicieron hacernos más fuerte. En la cancha es muy importante, porque las dos nos complementamos en lo que queremos.
Se vienen los Odesur de Playa en Perú y siete fechas del Sudamericano. ¿Qué espera en esas competencias?
Tenemos un objetivo para el otro año que es clasificar al Mundial (de Viena, Austria, del 28 de julio a 6 de agosto de 2017). Lo venimos anhelando desde hace mucho rato, estamos trabajando para intentar enfocarnos para eso. Para eso tenemos la posibilidad de clasificar a través de los Sudamericanos, por lo que es súper importante meternos en las cuantas semifinales que podamos durante el circuito que empieza en febrero (en Coquimbo, del 10 al 12) y de ahí en adelante.
Entrando en otras materias, ¿cómo compatibiliza la vida laboral con el deporte?
Es súper difícil, pero por mi trabajo me ayuda un poco más. Soy profe de vóleibol playa en Chicureo, entonces se me hace más cercano, pero es muy difícil porque hay que organizar muy bien el tiempo: las mañanas la usas para entrenar, después a la mitad de la tarde hay tres días que los tengo ocupados con físico, los otros días los organizo con el trabajo, el sábado trabajo todo el día… esa es la única forma de subsistir y sobrevivir mientras no te paguen un sueldo como deportista.
¿Cómo es un día normal de Francisca Rivas?
El día más duro para mí es el viernes. Trabajo en la mañana en Las Brisas que están en Colina y yo vivo en Ñuñoa, lo que implica levantarme muy temprano, mamarme un taco de una hora y media, luego hacer clases, de las clases salir de doce y media a una, rajar por la autopista, comerme un sándwich en el camino, de ahí llegar a hacer dos horas preparación física en el Centro de Alto Rendimiento para después pasar al entrenamiento técnico. Termino a las siete u ocho de la tarde.
Por último, ¿cuál es el apoyo económico que recibe?
Nosotros estamos auspiciadas por dos empresas, que son las que nos fomentan nuestras giras internacionales, pero da para los viajes, no nos da para sobrevivir. El Estado nos financia el tema de salud y las becas alimenticias y los viajes a Sudamericanos están financiados por el Comité Olímpico. No tenemos Proddar porque nosotras estamos en deportes colectivos y es bien difícil que te lo den, incluyendo buenos o malos resultados, habría que tener un resultado como los primos (Marco y Esteban Grimalt) que fueron segundos en los Odesur para recién postular a un sueldo bueno, y no estamos dentro de eso.
Actualmente, el binomio nacional se encuentran en el puesto 136 del ránking mundial. Si quieres saber de sus últimas noticias la puedes seguir en la cuenta de Instagram rivas_mardones.
