El 5 de abril del 2017, Universidad de Chile salía a disputar el partido de ida por la primera ronda de la Copa Sudamericana frente al Corinthians. Como es costumbre, hasta Brasil llegaron cientos de hinchas universitarios para alentar al equipo de sus amores. Ese día el cuadro azul perdió en la cancha y en las galerías ya que se registraron serios incidentes con la policía local que tuvieron grandes repercusiones.

La Conmebol decidió castigar al equipo universitario con una una suma de 80 mil dólares además de prohibir la asistencia de sus hinchas por los próximos tres partidos internacionales como visita. Mañana frente a Vasco da Gama por la primera fecha de la Libertadores se cumplirá el primer encuentro. En la directiva azul están conscientes de que si no se cumple esta sanción, las multas contra el equipo podrían ser peores, por lo que ya pusieron manos a la obra.

A través de un comunicado oficial en la página del club, Universidad de Chile hizo un llamado a sus hinchas a no asistir al estadio Sao Januario.

La convocatoria parte diciendo que “en las próximas horas debutaremos en la Copa Conmebol Libertadores y lamentablemente no podremos contar con su aliento en el Estadio Sao Januário de Brasil. Una sanción de la Conmebol impide la presencia de nuestros hinchas en condición de visitantes en los 3 primeros partidos de este torneo internacional”.

“Nuestra historia sabe de una constante presencia en torneos internacionales. En ese sentido, es fundamental que cumplamos esta disposición para que volvamos a tener a nuestros hinchas alentando a nuestros jugadores. No nos arriesguemos a seguir lamentando la ausencia de ese aliento masivo e incondicional que distingue a nuestra hinchada internacionalmente”, indica el texto.

Con este panorama, la Universidad de Chile deberá salir a enfrentar a un duro equipo brasileño, lejos de casa y sin su gente. Difícil pero no imposible. Todo dependerá de los hinchas si en el futuro los estadios de Sudamérica se vuelven a teñir de azul.