El jugador nacido en España, que llegó con 9 años a Chile, realizó casi toda su carrera deportiva en nuestro país, y se identificó durante toda gran parte de su vida con la camiseta y el territorio chileno.

Fue el goleador del torneo Sudamericano de Lima de 1953 y fue la gran figura en la primera victoria de nuestra selección frente a los entonces campeones del mundo, Uruguay.

Jugó solo ocho partidos con la selección nacional, pero quedó en la historia grande por su increíble capacidad goleadora.

En siete partidos oficiales, el delantero hizo ocho goles, con los que se coronó como el “pichichi” del torneo continental de 1953.

Pero la historia de Francisco “Paco” Molina es mucho más que goles y gambetas. El delantero que debutó en Santiago Wanderers llegó a Valparaíso en el barco “Winnipeg” escapándose de la Guerra Civil española que iba a terminar con Francisco Franco en el poder y con una dictadura de más de 35 años.

El sentimiento que le generó nuestro país que lo recibió después de ver tantas escenas de guerra en España, lo emocionó hasta las lagrimas la primera vez que vistió la camiseta de la selección chilena, el 14 de febrero de 1953.

“Hay muchas formas de agradecer, y yo creo que ese fue el motivo por el cual se me cayeron las lagrimas al escuchar el himno nacional. Me habian salvado de una guerra, me habian traído a Chile, me dieron educación y la oportunidad de ser deportista y llegar a la seleccion chilena. El agradecimiento eterno mío (a Chile)”, dijo en una de sus últimas entrevistas al CDF en 2016.

El exdelantero, que falleció a los 88 años en Antofagasta, jugó también en Católica, Atlético de Madrid, Audax Italiano, Unión Española y Coquimbo Unido.