El lateral de La Roja, Miiko Albornoz, no escondió su felicidad tras portar la jineta de capitán en el duelo ante Rumania, en el primer amistoso del ‘equipo de todos’ en esta gira europea.

El hombre del Hannover declaró tras el partido que fue un honor ser capitán de Chile, y que está muy feliz por representar a nuestro país.

“Tengo mucho sentimiento, es un gran honor ser el capitán de Chile y es un día histórico para mí por ser un jugador que no nació en Chile. Es mucha responsabilidad, estoy muy contento”, dijo el seleccionado nacional.

Por otro lado, Albornoz se refirió a la caída 3-2 ante los rumanos, señalando que la expulsión de Nicolás Castillo los afectó.

“Peleamos hasta el final, es difícil jugar con uno menos y lo hicimos bien. Hay que arreglar lo de los dos últimos goles, todos jugaron al cien por ciento y hay que seguir adelante”, cerró.