La Roja realizó un verdadero papelón en el Estadio Monumental, cayendo por 3-0 ante Paraguay y complicó sus opciones de clasificar al Mundial de Rusia 2018. Todo, en un partido donde

En el comienzo del encuentro, Juan Antonio Pizzi respetó la base que ha marcado su ciclo al mando de la selección, con la inclusión de Nicolás Castillo como principal novedad en el centro de ataque.

Los primeros movimientos mostraron a una escuadra nacional tratando de imponer su juego, contando con un zurdazo de Marcelo Díaz en el minuto 3 de juego que se fue desviado como primer acercamiento. Por su parte, la visita mostró facilidad para llegar de manera directa, con un pelotazo para Barrios que obligó una salida de cabeza de Bravo lejos de su arco a los 7′.

Ese inicio quedó marcado por algunos errores en la salida de los jugadores chilenos, que permitieron la aparición de la velocidad de Almirón, que generaba incomodidad.

Paraguay era mejor en esos minutos, superando a un equipo local que parecía dormido como en varios encuentros de estas clasificatorias. Y el escenario fue peor luego que a los 24′, Arturo Vidal cabeceara contra su propio arco y dejara sin opción a Bravo, poniendo en ventaja al forastero.

El tanto no despertó inmediatamente a los de Pizzi, que lucían golpeados. Por eso la escuadra guaraní contó con otra ocasión en un cabezazo que pudo complicar a Bravo.

A partir de la media hora de juego Chile mostró algo de reacción, logrando meter en su campo a los paraguayos y generando algo de riesgo por las bandas, aunque siempre terminando en centros que fueron rechazados por los centrales visitantes.

Un tiro de Vargas a los 40′ que fue rechazado por Silva y un desborde con centro atrás de Isla que también cortó el portero paraguayo marcaron presencia en arco rival. Opciones esporádicas para un equipo que se fue al descanso en desventaja y complicado por la falta de claridad.

Tras el descanso se esperaba una reacción anímica y futbolística por parte de la ‘Roja’, pero los primeros minutos exhibieron el mismo ritmo de juego trabado y sin claridad. Apenas un remate de Vargas rechazado por un zaguero cuando tenía dirección de arco fue lo más peligroso.

Todo empeoró a los 55′ cuando un balón suelto le quedó a Cáceres, quien definió cruzado sin que Bravo pudiera sacar un manotazo salvador. Segundo gol paraguayo que dejó en silencio al público presente en el Estadio Monumental.

Por eso, un minuto después Pizzi decidió jugarse sus cartas con los ingresos de Esteban Paredes y Jorge Valdivia, retirándose Díaz y Castillo, de muy bajos rendimientos. Un tiro de Sánchez a los 57′ que se fue cerca del arco de Silva marcó algo de presencia real en el arco albirrojo.

El tranco cansino del mediocampo chileno se mantenía, con un Vidal absolutamente desaparecido y Sánchez más presente, pero sin tomar buenas decisiones. A eso se sumó un Paraguay que se atrincheró en su área para rechazar todo. Paredes marcaba el descuento a los 68′, pero el gol fue anulado correctamente por posición de adelanto.

Los siguientes minutos dejaron en evidencia el desconcierto chileno. Aránguiz y Jara reciberon tarjetas amarillas y se perderán el duelo ante Bolivia por acumulación, mientras Gómez se perdía el tercer tanto a los 78′ al desviar su cabezazo por poco.

El epílogo fue un sinfín de centros chilenos rechazados por la defensa, mientras Valdivia era controlado con facilidad por la marca paraguaya, demostrando que jugar en Clasificatorias es mucho más exigente que hacerlo en el torneo chileno. Además, como colorario de una noche para el olvido, Ortiz selló el 3-0 visitante a los 90+3′ tras un rápido contraataque.

Así llegó el final. En un pésimo partido, la selección chilena fue absolutamente anulada por Paraguay, quien se impuso cómodamente y se sumó a la pelea por ir a Rusia. Chile se mantiene en puestos de avanzada con 23 puntos, pero desperdició una buena opción de encaminar la clasificación y queda obligado a rescatar un triunfo en Bolivia el martes. Pero principalmente deberá dejar una imagen acorde a su categoría, que no mostró en la noche del Monumental.