Un lamentable hecho en el Estadio Nicolás Chahuán, producto de que no había una ambulancia para socorrer a la jugadora lesionada y que hace recordar la situación vivida en el Superclásico del fútbol femenino.

Un nuevo y lamentable capítulo se vivió en el partido femenino, esta vez válido por el Ascenso donde se enfrentaron Unión la Calera y Unión Española. La situación ocurrió cuando una jugadora hispana, debió esperar por más de 20 minutos que llegará una ambulancia al estadio Nicolás Chahuán, producto de que no había ninguna en las inmediaciones del recinto.

Quien hizo publica la situación fue el usuario de Twitter, @ric_rodri, quien comentó en la red social, el problemático momento vivido en el reducto calerano y que demoró el tramite del encuentro y en la atención a la jugadora lesionada.

En lo escrito, la persona detalló: “Hoy en el partido de Unión La Calera y Unión Española por el Ascenso, una jugadora de UE sufrió una lesión y no había ambulancia en el recinto. Más de 20 minutos demoro la asistencia médica. ¿Hasta cuándo aguantamos esto en el fútbol femenino?”.

Un hecho que ya ocurrió este año

Dicho momento hizo recordar lo sucedido hace algunos meses en el Superclásico del fútbol femenino entre Colo Colo y Universidad de Chile, donde la delantera ‘alba’, Javiera Grez, cayó al suelo producto de un fortuito choque con la arquera azul.

En aquel momento, la artillera del ‘Cacique’ no pudo ser trasladada hasta un centro asistencial, producto de que no había ambulancia en el estadio en ese entonces. Motivo por el cual tuvo que ser derivada hasta un hospital en un furgón de Carabineros que estaba en recinto.

Posterior a ese polémico momento, mucha voces del fútbol femenino y masculino, como también del deporte nacional, alzaron la voz y pusieron énfasis en que ‘no’ debía volver a ocurrir una situación de estas dimensiones, producto de que puede ser de vida o muerte la atención oportuna de gente especializada en el ámbito de la medicina.

Sin dudas, dos lamentables hechos que ocurren en un mismo año y que pone en el ojo de la tormenta a las dirigencias de estos encuentros, ya que no se pueden dar las garantías que se debiesen acreditar en el campeonato femenino.