Javier Castrilli, hasta hace poco encargado de la Comisión Arbitral de la ANFP, prepara su contraataque al ente con sede en Quilín tras su despido.

El terremoto al interior de la ANFP y el arbitraje nacional promete continuar con sus réplicas, todo luego de decretarse que las supuestas irregularidades en el duelo de Liguilla entre Huachipato y Copiapó fue una “maquinación de los árbitros”.

“Se lograron recopilar antecedentes y datos que evidencian la existencia de actos destinados a desacreditar y difundir información distorsionada para desestabilizar el arbitraje chileno”, fue la conclusión del informe realizado por el oficial de cumplimiento Miguel Ángel Valdés.

Este remezón salpica directamente a Javier Castrilli, quien hasta hace unas semanas era el director de la Comisión Arbitral de la ANFP, pero fue despedido en medio de las filtraciones del juez Francisco Gilabert, hoy descartadas.

Por lo anterior, y de acuerdo a La Tercera, es que el exjuez argentino alista su contraataque en el cual, según sus cercanos, “nadie se salvará”.

“Castrilli no está dispuesto a llegar a consensos. Quiere que todos los culpables de enlodar su imagen paguen. Desde la ANFP, por despido injustificado, hasta los árbitros que participaron en el complot”, detalló el citado medio.

El plan de Javier Castrilli

Según lo indicado por el matutino, el trasandino contrató un abogado penalista y otro laboralista, con quienes evalúa las acciones a tomar para exigir sanciones contra quienes complotaron para verlo caer.

El daño a su imagen y credibilidad, sumados a las irregularidades que habrían existido en su despido, son las que tienen al retirado árbitro argentino dispuesto a lanzar su contraataque.

Desde la ANFP, en tanto, han optado por el silencio pero están conscientes de que los aguarda una extensa batalla legal en la que tendrán que ceder. Ya se analiza la opción de ofrecerle a Javier Castrilli que regrese a su puesto, pese a que muchos clubes les genera ruido su presencia.

El ‘juez de hierro’, por su parte, no descarta volver a Quilín. Aunque, de hacerlo, será con varias condiciones.

“Castrilli buscará que su contrato se extienda por cuatro años, que se desvinculen a los 14 jueces que dio de baja por rendimiento. Además, el argentino sumaría a esa lista de despidos a Francisco Gilabert y Cristian Droguett, dos árbitros que no estaban en el listado pero que sí participaron directamente en el complot en su contra. Quiere que los presidentes lo ratifiquen para que sienta respaldo de poder trabajar en absoluta tranquilidad”, puntualizaron desde La Tercera.

La batalla entre el argentino y la ANFP, sumados a los líos del arbitraje chileno, están recién destapándose.