El próximo domingo 6 de octubre Universidad de Chile y Universidad Católica deben disputar una nueva edición del clásico universitario.

Eso al menos en el papel, ya que todo estaría ‘en jaque’ luego de conocerse la programación del elenco ‘cruzado’ para su duelo de ida de cuartos de final de la Copa Sudamericana ante Velez, en Argentina.

La Conmebol oficializó que la UC debe medirse con los trasandinos el próximo martes 8 de diciembre, desde las 21:30 horas. Sí, con aproximadamente 48 horas exactas de diferencia.

¿Qué dice el reglamento?

El artículo 22 de las bases del Campeonato Nacional establece las ‘reglas especiales para la programación de partidos’, donde hay varios puntos a interpretar, aunque la mayoría apunta a un cambio de horario del duelo de la U y la UC.

Lo primero que dice la norma es que “no constituirá causal de suspensión o reprogramación de un partido el hecho que un club se encontrase participando en alguna competencia internacional oficial, salvo que estuviese disputando la semifinal o final de tal competencia”.

Eso sí, la misma después especifica que “ningún club podrá disputar un partido de competencia oficial mediando un plazo inferior a 48 horas desde el término del partido inmediatamente anterior. El plazo, para estos efectos, se computará desde las 00:01 horas del día siguiente a aquel que se disputó el último partido”. Esto jugaría a favor de una eventual suspensión del clásico.

Finalmente, el texto expresa que “cuando un equipo internacional disputare una competencia internacional oficial se intentará programar sus partidos del Campeonato en fechas y horas que consideren un mínimo de 72 horas de antelación a aquellas fijadas para los partidos que deban disputar en la competencia internacional, computándose tales plazos de la misma forma indicada en el inciso precedente, circunstancia que será calificada por el directorio”.

De esta manera, lo certero es que, según las bases ANFP, la UC tendrá menos de 48 horas entre un partido y otro, un escenario que el reglamento no acepta, aunque también la norma tiene su ‘letra chica’ y expresa que la ANFP “intentará” que los partidos se disputen con a menos 72 horas de diferencia. Todo queda en manos del directorio.