No hay duda que los clubes de la Segunda División Profesional han sido las escuadras más afectadas debido a la paralización del fútbol producto de la pandemia mundial por el coronavirus.

Si bien desde siempre las instituciones de la tercera categoría del balompié nacional han sostenido problemas financieros, esto producto, entre otras cosas, por el escaso apoyo de la ANFP, la situación actual es dramática. Uno de aquellos equipos que está pasando penurias es Deportes Linares, que recientemente consiguió la corona en la Tercera A.

Debido al paso obligado que debió dar esta institución de Corporación a Sociedad Anónima Deportiva Profesional, tal como consignan los registros de la ANFP, la sociedad Lister Rossel SADP tomó las riendas del elenco albirrojo con Gabriel Artigues al mando y con la Corporación que preside Marcos Álvarez.

Y es precisamente al exdirigente de Colo Colo donde apuntan todos los dardos del plantel que dirige Rodolfo Neme. Tras la suspensión del fútbol, desde la directiva linarense se han mostrado reacios a cumplir con las obligaciones económicas con los jugadores.

De hecho, según consignaron desde el plantel, aún hay futbolistas que están con parte del sueldo de febrero atrasado. Es más, desde hace algún tiempo a la fecha, el propio Artigues habría dejado claro que las remuneraciones de marzo no se pagarían.

El drama de Gonzalo Flores

Quien vive un verdadero drama, es una de las incorporaciones para este año. Se trata del arquero de 20 años, Gonzalo Flores Osorio, quien llegó a la institución junto a su esposa e hija de siete meses para seguir el sueño de ser futbolista profesional.

El golero hizo su etapa formativa en la Universidad de Chile, donde parte del cuerpo técnico conoció a este baluarte quien estuvo cerca de cuatro meses sin fútbol, debido al nacimiento de su menor. Con el llamado de Neme nuevamente volvió la ilusión, pero todo lo que parecía una nueva oportunidad en la actividad, se ha transformado en una verdadera pesadilla.

“Cuando llegué al club hablé con Gabriel Artigues y le dije que me venía con mi familia a Linares. Él se comprometió a darme un préstamo para pagar el mes de arriendo y el de garantía. Después me lo descontaría del sueldo. Tengo mensajes y fotos de eso. Inclusive él se comprometió a pagárselo a la dueña de casa el 10 de marzo y, hasta el día de hoy, no paga nada. La señora me esperó, pero ya me comunicó que me tenía que ir, así que me vuelvo a Santiago”.

Es más, a Flores se le sumó otro problema, pensando ya en la vuelta a la capital del país. “Estoy viendo ahora el tema del flete que me sale 300 mil pesos, que estoy seguro que Artigues no me lo pagará. Estoy viendo donde conseguir ese dinero y también el del mes de arriendo que tengo que pagarle a la señora de la casa”, apuntó.

La visión que tenía Gonzalo Flores de Artigues cambió radicalmente. “A la única persona que le puedo echar la culpa de que me voy es a él. Tenía otro pensamiento de Artigues. Me da pena por mi familia, me da pena por los jugadores que han sido afectados con esto, porque no he sido el único, pero yo que tengo familia siento que por culpa de él yo estoy en la calle. Si no fuera por mi familia, estaría solo”, recalcó.

Por si eso fuera poco, en el ‘Depo’ no hicieron efectiva la inscripción de todos los contratos en la ANFP y solo 11 fueron los jugadores inscritos, entre ellos un extranjero.

De un total de 29 nombres, 24 correspondían a contratos profesionales y cinco juveniles, entre los que se encontraba Gonzalo, debido a que sumaba minutos de juvenil. Es ahí donde viene otra irregularidad, según denunció el propio jugador.

“En la propuesta especificaba que los cinco juveniles estaban sin contrato, situación que es mentira, porque yo firmé mi contrato y me parece muy extraño que me diga que ahora no tenemos ningún contrato firmado”, cerró el acongojado portero.

Desde el Sindicato de Futbolistas Profesionales (Sifup) están en conocimiento de lo sucedido con los jugadores de Linares, por lo cual esperarán qué ocurre de acá en más para poder ayudarlos concretamente a resolver esta¿ realidad que no solo vive Deportes Linares, sino que gran parte de los clubes de la Segunda División Profesional.