Muchos coinciden en que Deportes Concepción, equipo popularmente conocido como el ‘León de Collao’, es de los clubes que más historias sabrosas tiene para contar.

Es que a 53 años desde su fundación, diversos han sido los episodios que han marcado el historial deportivo del club más querido dentro de la Región del Bío Bío, los cuales quedarán por siempre en la memoria colectiva de toda su hinchada.

En este contexto, una de sus historias más insólitas ocurrió el 26 de febrero del año 1966, día en que los lilas recibieron y enfrentaron, en el Estadio Municipal de Collao, a la mismísima selección de la Unión Soviética.

Los registros señalan que, por ese entonces, el ‘Conce’ se estaba preparando y armando para cumplir con su primer gran objetivo: ingresar a la Segunda División del fútbol nacional.

La tarea estaba difícil por lo que jugar buenas cartas en la pre temporada permitiría tener las primeras conclusiones, además de las primeras modificaciones.

Bajo esta premisa los directivos de ambas escuadras decidieron amarrar y disputar el encuentro internacional en nuestro país, específicamente en el estadio de Collao, hasta donde asistieron 23 mil 811 espectadores.

Extraída: CSD Concepción / Sitio Oficial
Extraída: CSD Concepción / Sitio Oficial

El silbato inicial no solo dio luz verde al inédito encuentro internacional, sino que además decretó la temprana ventaja de los europeos sobre los dueños de casa.

Esto ya que el por ese entonces delantero del Dínamo de Kiev, Viktor Serebryanikov, sorprendió al meta del conjunto criollo y puso tempranamente en la delantera a los subcampeones de Europa.

Muchos pensaron que ese tanto sería el inicio de una goleada por parte de los soviéticos. No obstante, la palabra “rendirse” no está dentro del alfabeto de los lilas, quienes levantaron cabeza y pelearon cada pelota como si fuera la última.

Fue en eso que Juan Inostroza, uno de los refuerzos traídos desde la UC, se atrevió a sacar un remate desde 25 metros de distancia, el que además de dejar sin opción alguna al guardameta Bannikov, desató la euforia y el rugido de todo el ‘León de Collao’.

Tras esto ambos elencos se replegaron en campo propio y no generaron mayores opciones de riesgo frente a los tres palos contrarios, siendo el pitazo final el encargado de firmar la notable hazaña de los penquistas.

Así al menos lo recoge la crónica que Deportes Concepción tituló “El día que Concepción igualó 1-1 ante la Unión Soviética”, la que además de entregar detalles sobre la formación de los locales, da cuenta de como ese resultado hizo que su fanaticada nunca más los dejara de alentar.