Tan solo seis minutos tardó en llegar la primera jugada polémica del clásico universitario entre Universidad Católica y Universidad de Chile.

El árbitro Julio Bascuñán no dudó en sancionar una mano en el área ‘cruzada’ del lateral Alfonso Parot, quien fue al piso para evitar un centro que se disponía a lanzar Matías Rodríguez. La pelota le dio en el brazo derecho y el pitazo indicó la pena máxima.

Dos minutos después del cobro, que por cierto dejó disconforme al banco e hinchas de la ‘UC’, el atacante Felipe Mora cambió por gol el lanzamiento, quedando además como exclusivo máximo anotador del torneo con 10 tantos.

¿Fue acertado el cobro del árbitro central?