El día amanece en la comuna de Coronel y un grupo de mineros, como en los viejos tiempos, se levanta de sus camas para encumbrarse en una travesía que posiblemente no tendrá retorno. Así es Lota Schwager, un club marcado por el esfuerzo y el sacrificio. Su emblema: una lampara. Sus armas: la fuerza de voluntad para batallar frente a todo pronóstico.

Durante años han resistido los embates de una economía escuálida y mezquina. Atrás ha quedado el histórico ascenso en 2006 y esa linda campaña en primera división. Ni hablar de aquellos goles que marcaron Salcedo, Cataldo y compañía. Pero aún así, y pese a todos los problemas, Lota se niega a morir.

Saben que detrás de ellos hay familias, hinchas, gente marcada por el esfuerzo que ve reflejada su historia en este emblemático club. Porque si hay algo que le sobra a esta institución es historia.

El Bernardino Luna es su centro de operaciones. Cada mañana asisten al entrenamiento, cargando sobre sus espaldas sueldos impagos, una crisis institucional y una no muy lejana desafiliación.

Sentimiento Tricolor
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Los jugadores quieren a su Lota. Apelan al profesionalismo, aquello que perfectamente podrían dejar, ya que no están las condiciones para poder ejercerlo. Pero siguen ahí, ‘somos tontos, porque pese a todo queremos continuar’, dice un jugador.

Hoy Lota Schwager ha cambiado. Tras años de jugar en Primera B ahora se encuentran disputando la Segunda División del fútbol chileno. Estuvieron a punto de bajar a tercera, el torneo pasado, pero una buena racha en los últimos encuentros los salvó.

Para este campeonato se prometieron cosas, pero nada se cumplió. Ante Naval de Talcahuano, la fecha pasada, el cuadro de la lamparita no canceló su tercera planilla (noviembre) y arriesga una dura sanción de parte de la ANFP. La desafiliación es una realidad.

Previo a ese partido, el plantel amenazó con no disputarlo, pues ellos querían sus remuneraciones. La escasa dirigencia negoció 100 mil pesos para cada integrante si accedían a jugar. Los jugadores cumplieron, pero el club no.

Ante esta situación, el zaguero Cristián Gómez hizo las gestiones con el Sindicato de Futbolistas Profesionales y la entidad gremial envió 100 mil pesos para cada integrante del plantel. Este préstamo deberá ser cancelado cuando se regularice su situación.

Pero desde la institución les dijeron que no hay plata. Las fiestas están encima y el dinero escasea. Algunos no son de Coronel, como es el caso del delantero minero Freddy Barahona, quien se fue de la comuna con una maleta cargada de incertidumbre.

“Es complicado, de una u otra forma tratamos de salir adelante. Yo vivo en una casa (Coronel) con dos compañeros más y nos falta cancelar este mes, ojalá nos paguen para poder ponerse al día. Pero la gente de allá se porta super bien con nosotros. Vamos a almorzar a la feria de Lota y nos atienden muy bien, hasta nos regalan frutas y esas cosas”, dice el atacante.

Sentimiento Tricolor
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En los momentos de crisis la esperanza surge, como un necesario analgésico frente a un dolor punzante y agudo. Y el plantel así lo cree.

“Estamos más unidos que nunca, apelando siempre al profesionalismo, pese a que no nos sentimos así. Nos tienen botados, la dirigencia no se presenta. Dijimos que íbamos a terminar de la mejor manera”, agrega Barahona.

Uno de los sobrevivientes de aquel histórico ascenso del 2006, Juan Pablo Vera, detalla una realidad bastante parecida a la de su compañero.

“Uno sabe que pueden ocurrir cosas y por ahí tiene donde ‘echar mano’ a veces, pero hay compañeros que dependen del sueldo de fin de mes. Después del último partido los que no eran de Coronel viajaron a sus hogares y no tenían dinero ni siquiera para sus pasajes”, lamentó.

El cuerpo técnico y las familias son el único pilar que sostiene hoy en día a los jugadores. Su constante apoyo durante las prácticas y las diferentes charlas que realizan con sus seres queridos son algunas de las medidas que se han tomado para poder mantener en pie al plantel.

“Estos jugadores siempre estuvieron muy metidos, nunca faltaron a un entrenamiento, teniendo todas las excusas para hacerlo. Nunca se quejaron, su profesionalismo ha sido admirable”, relata Rocío Yáñez, ayudante técnico del club.

“Nosotros hicimos una especie de actividad donde le dijimos a las familias que fueran los más empáticas con relación al apoyo que se les daba a los jugadores, y a no quitar la mirada del objetivo. Las deudas siguen, pero el apoyo de la familia es fundamental. Son muy unidos y eso ha podido llevar gratamente la crisis”, añadió.

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Pese al mal momento en Lota aún creen que la institución puede salvarse. Todos se aferran a esa mínima chance que les permita vivir con tranquilidad, preocupados de rendir en la cancha y no de ver como se llega a fin de mes.

Pero la desafiliación es una realidad latente. “Si llegara a pasar nos daría mucha pena por los jugadores y por la gente de Coronel y Lota. Nos duele, es un equipo tan emblemático, dejarían a 100 niños sin sus juveniles, sin profesionales. Van a quedar atados de manos”, lamentó.

¿Jaime Valdés o Jorge del Campo?

Tras la salida de Jaime Valdés, el torneo pasado, Jorge del Campo asumió la presidencia de Lota Schwager. Tras no haber encontrado a ningún comprador, Valdés le cedió su paquete de acciones a Del Campo. El gerente declaró en ese entonces que la determinación fue “un premio por su lealtad y compromiso”.

Pero a cinco meses de la ‘jugada’ en el conjunto minero hoy no hay quien tome las riendas del club. Jorge de Campo declara que hace tiempo que se encuentra cesante, fuera de la institución, y Valdés aclara que ya no es parte de la lamparita.

La incertidumbre crece porque los jugadores no tienen a quien recurrir. No hay dirigentes, ni coordinadores y menos un gerente.

Juan Pablo Vera relató con detalles como ocurrió esta historia que comienza con el inicio del torneo de Segunda División 2016.

“Cuando llegamos Jorge del Campo era el presidente del club porque Jaime Valdés no seguía. El llegó con algunos inversionistas de Curicó. Ellos contactaron a todos los jugadores y por eso llegamos. Los inversionistas se aburrieron, no quisieron poner más plata porque Del Campo no gestionaba bien las cosas. En ese momento Del Campo quedó solo, dice que está cesante hace seis meses, que no recibe nada del club. Es raro”, señaló.

“Nosotros hablamos con Del Campo, él nos dice que está fuera del club hace meses. Queremos que se arregle esto, que nos paguen los sueldos porque es complicado en estas fechas estar sin dinero, y más con uno que es de afuera”, comenta además Barahona.

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“Si bien en su momento Del Campo quiso hacerse cargo, hoy dice que no tiene nada que ver, eso nos golpeó. Si no es Del Campo quien”, declara Rocío.

Si bien Jorge del Campo les dijo a los jugadores que Lota estaba 99,9% muerto, para Freddy la situación no es así. Él está seguro que hay gente que quiere aportar con el club, pero los dirigentes (Valdés y Del Campo) no dejan que eso pase.

“Somos los perjudicados de esto. Hay gente que se quiere hacer cargo pero ellos no quieren que eso pase. Este club es querido, hay gente que quiere aportar, pero los mismos dirigentes no dejan”, lamenta.

Si bien el tema económico es algo de vital importancia para los jugadores, existe otra situación que trasciende a la institución misma: La desafiliación.

Por los puntos antes señalados al comienzo Lota puede dejar de existir. La ANFP se ha mostrado intratable respecto a este tema, basta mirar lo que ocurrió con Deportes Concepción, un emblemático de la región. Y similitudes con el Lota existen, y varias.

“Es algo que ronda en la cabeza de todos, el club ya no daba para más, eso nos dijo Jorge. Lo hablamos con los hinchas, no es un tema nuestro. Los sueldos siempre los recibimos atrasados. Los jugadores, no sé si somos tontos, pero queremos a nuestra institución, nuestro trabajo, estiramos la situación para que el club no muera”, dice Juan Pablo.

“Suena frío, pero quizás debimos haber descendido el torneo pasado para que no nos hubieran pasado estas cosas. En el tema laboral, a lo mejor hubiésemos tenido una suerte mejor, quizás buscar otro rubro. Pero hicimos un esfuerzo y luchamos para sacar esto adelante, en el ámbito futbolístico”, cerró.

José Salcedo, un histórico del club

Los exjugadores de Lota Schwager tampoco han estado exentos de esta terrible situación. José Salcedo, uno de los históricos de la lamparita, se ha referido a la malograda situación del club que hoy lo tiene al borde de la desafiliación.

El volante, quien actualmente juega en Iberia de Los Ángeles, fue capitán del Lota y artífice de esa gran campaña que lograron realizar en 2006.

“Para mi es una pena enorme. Si bien hoy no estoy en el Lota, sigo la campaña todas las semanas, me estoy informando. Duele porque es una zona donde la gente es muy cariñosa. Quizás no tienen grandes recursos pero ellos tratan de apoyar y estar ahí”, declaró.

“Ellos están por un tema de orgullo, por el cariño que le tienen a la institución. La situación actual del club es muy complicada”, sentenció.

Por otro lado, el volante se refirió a lo que debe estar sucediendo dentro de la cabeza de sus compañeros. “Sobretodo en estas fechas, la mayoría tiene familias. No hay a quien pedirle explicaciones. Me imagino como deben estar mis compañeros. Da entre pena y rabia lo que está sucediendo”, agrega.

Finalmente, el jugador le envió un sentido mensaje a todo el pueblo minero, e hizo un llamado a ser optimistas.

“Quiero desearle unas felices fiestas a toda la hinchada lotina, a mis compañeros de profesión que se que no están pasando por un buen momento. Es de esperar que esto se arregle de la mejor manera, que el club siga de pie. Si hay algo que destaca mucho al minero es la entrega, la valentía y el sufrimiento. Hay que se optimistas y que no sea lo que todos están esperando. Es un club al cual le tengo mucho cariños”, cerró.

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