La continuidad de uno de los emblemas del FC Barcelona pende de un hilo; Andrés Iniesta, que está meditando una oferta del fútbol chino, vive quizá sus últimas semanas en Barcelona. Su marcha supondría un golpe moral y deportivo para el Barça, que el miércoles se enfrentará a la Roma en cuartos de final de la ‘Champions’.

Fue el propio Iniesta el que encendió la llama al anunciar, justo después de los octavos de final ante el Chelsea (1-1, 3-0), que consideraba fichar por el fútbol chino el próximo verano europeo, y que tomaría una decisión antes del 30 de abril.

“Será la decisión más honesta para mí y para el club. Quedan unas semanas. Hay dos opciones, seguir o marcharme”, lanzó el jugador, símbolo de la cantera del Barça junto a Leo Messi.

A sus casi 34 años (los cumplirá en mayo), Iniesta firmó en octubre un contrato “de por vida” con su club de siempre, una práctica inusual en el mundo del fútbol.

Pero al concederle ese reconocimiento, el presidente Josep Maria Bartomeu quizá no imaginaba que el jugador podría escapar en el verano boreal de 2018, precisamente cuando llegaba a término su anterior contrato.

En el Camp Nou, las palabras del siempre discreto y elegante ‘Don Andrés’ sorprendieron a los aficionados, pero en el partido siguiente el público le dedicó una cerrada ovación en el momento en que saltó al terreno de juego, con el eslogan: “Nosotros te queremos, Iniesta quédate”.

‘Patrimonio de la humanidad’

Esa fue una prueba más de que el centrocampista originario en Fuentealbilla (Castilla La Mancha) es un icono en Barcelona. Su antiguo entrenador Luis Enrique le había calificado incluso de “patrimonio de la humanidad”.

Aunque a sus piernas les cuesta más ahora aguantar los 90 minutos, y ve multiplicados sus problemas musculares, sigue siendo él quien aporta más claridad al juego culé. Y también al de la selección, como demostró con el gran pase en el gol de España en el reciente empate a uno ante Alemania.

“Andrés Iniesta es nuestro Miguel Ángel”, resumió el Barça en un pequeño video humorístico difundido el lunes y dirigido a los aficionados italianos, compatriotas del genial artista del Renacimiento.

El brasileño Philippe Coutinho fue fichado a precio de oro (160 millones de euros, variables incluidas) para poder dosificar a Iniesta, y en última instancia, sucederle.

Aunque Iniesta aún tiene mucho fútbol en sus botas, quizá sea el cansancio mental y el hecho de ver colmadas todas sus ambiciones deportivas, con 30 títulos ganados, entre ellos cuatro ‘Champions’, lo que le impulse a cambiar de aires. Ello unido a una oferta económica difícil de rechazar.

Iniesta también vislumbra el final con la selección: el goleador en la final del Mundial 2010 (1-0 ante Holanda), repite que el Mundial de Rusia será sin duda su última cita con ‘la Roja’.

El volante quizá desea un final de carrera plácido, al igual que su predecesor como capitán, Xavi, que partió rumbo al sol de Qatar.