Enero de 2017, Ryan Mason salta y va por el balón, mientras que por el otro lado se acerca Gary Cahill. Los dos van por la pelota pero la jugada termina mal. El central del Chelsea choca con volante del Hull City quien se va a piso y saca la peor parte: una fractura de cráneo.

Ya ha pasado un año desde esa jugada y Mason ya entrena de forma regular con su equipo, pero no ha vuelto a jugar a nivel profesional por los riesgos que implicaría su retorno.

“El año 2017 ha sido muy duro, es difícil de explicarlo con palabras. Ha sido un desafío mental y físico, y me siento orgulloso de haber superado todos los obstáculos. Al final, poder tener a mi hijo en brazos es un sentimiento muy especial. ¡Regresaré más fuerte que nunca!” aseguraba en su mensaje de en Instagram.

En dicho post, Mason subió una foto con su hijo y también una foto de su cabeza con la cicatriz donde le tuvieron que poner 14 placas y 42 grapas desde la frente hasta su oreja.

Captura de pantalla
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Ahora el volante que jugó por la selección de Inglaterra está a la espera de poder volver a jugar, pero para eso deberá seguir esperando un tiempo, mientras, no debe bajar los brazos.