En época estival, con los hoteles copados por miles de turistas que año a año visitan la zona para disfrutar de las bondades de la Costa Azul, la concentración no está en el suntuoso Montecarlo, sino en el principal recinto deportivo de Fontvieille.

El Stade Louis II acoge a los más fieles hinchas del Monaco que esperan con ansia el pitazo final. El equipo de Claudio Ranieri gana por 2-1 a Le Mans y sólo falta escuchar el silbato. Manos al cielo del hombre de negro y de la grada baja la ferviente parcialidad local. La cancha se llena. Es el inicio de la fiesta. La Association Sportive de Monaco Football Club vuelve a la Primera División del fútbol francés.

La tranquilidad del barrio situado en la parte occidente del Principado se vio interrumpida esa noche del 17 de mayo de 2013. El cuadro monegasco daba fin a dos años deambulando por la segunda categoría del balompié galo y motivos para quedarse en el estadio habían de sobra.

Tras regresar a las asientos, los hinchas levantaron la mirada y observaron los fuegos artificiales que se lanzaron desde la icónica tribuna que da hacia Cap-d’Ail. Entre tanto ruido, la música que acompañó al espectáculo pirotécnico se hizo notar de a poco. Allí, extrañamente, el himno de la Champions comenzó a sonar por los altoparlantes. Como si fuera un presagio, el encargado del evento eligió la canción del máximo torneo de clubes de Europa para festejar el título del Monaco.

En medio de la algarabía, los fanáticos con suerte pensaron que ese característico tema lo iban a volver a escuchar en el corto tiempo. A lo más, si es que se realizaba una buena campaña en la Ligue 1, los hinchas se veían alentando a su equipo en Europa League y los más optimistas en fase de grupos de la Champions.

La realidad hoy es otra. A cuatro años del ascenso, el himno de la Champions ha sonado bastante en la casa del Monaco: en la temporada 2014-15 quedaron eliminados en cuartos de final y en la actual se anotan como uno de los aspirantes a dar la sorpresa tras instalarse en semifinales del certamen.

La llegada del magnate ruso y el cambio de la política del club que acerca a los éxitos

La década pasada fue de altos y bajos para el AS Monaco. Arrancaron el milenio alzándose con su séptimo -y hasta ahora último- título de Liga. En 2004, con Didier Deschamps en la banca, rozaron la gloria en Europa. LLegaron a la final de la Champions, pero la perdieron con el Porto de José Mourinho. La tristeza por ver truncado ese sueño fue el inicio de la debacle.

En las siguientes temporadas, el Monaco dejó de ser protagonista en el campeonato francés. Terminaba en la medianía de la tabla sin alcanzar cupos a torneos internacionales. Se mantuvo así hasta la fatídica campaña 2010-11 que los mandó directo a la segunda división.

Ya en la Ligue 2, el multimillonario empresario ruso Dmitry Rybolovlev compró, tras una ardua negociación con el príncipe Alberto II de Mónaco, el 66,67% del club y se comprometió a invertir al menos 100 millones de euros por los próximos cuatro años. Era diciembre de 2011 y el equipo luchaba por no bajar a tercera división (al final terminaron en el octavo puesto).

Dmitry Rybolovlev | VALERY HACHE / AFP
Dmitry Rybolovlev | VALERY HACHE / AFP

La temporada siguiente se contrató al técnico italiano Claudio Ranieri y se apostó por dar continuidad a jugadores jóvenes que se sumaron a los que se quedaron en el club tras el descenso. Así, se coronaron campeones de la Ligue 2, en un torneo donde nacieron las promesas Yannick Ferreira Carrasco y Lucas Ocampos, hoy en el Atlético de Madrid y AC Milan, respectivamente.

Dmitry Rybolovlev, que forzó su fortuna gracias al negocio de productos químicos y fertilizantes, comenzó a cumplir con su promesa y trajo a Radamel Falcao por 60 millones de euros y a James Rodríguez por 45 millones de la divisa europea. También llegaron João Moutinho (25), Geoffrey Kondogbia (20), Jérémy Toulalan (7), Anthony Martial (5) y Ricardo Carvalho libre.

Esa fórmula dio resultados, puesto que la escuadra del Principado salió segunda en la Ligue 1 2013-14 y clasificó a la Champions League.

Los movimientos de dinero le valieron una infracción del Fair Play Financiero. Esto obligó al club a dar un giro en su política y pasaron de gastar grandes sumas en fichajes a promover jóvenes futbolistas para venderlos en el futuro.

Para recuperar lo invertido traspasaron a James al Real Madrid por 85 millones de euros. En materia futbolística también hubo cambios, ya que se decidió por renovar la banca y optaron por el portugués Leonardo Jardim (segundo en el Sporting de Lisboa en la liga lusa) para reemplazar a Ranieri.

Jardim y Guardiola en octavos de la Champions | Oli SCARFF / AFP
Jardim y Guardiola en octavos de la Champions | Oli SCARFF / AFP

Con el portugués Bernardo Silva como el refuerzo más destacado, el Monaco dio muestra de buen fútbol en la Champions 2014-15. Eliminaron al Arsenal de Alexis Sánchez en octavos de final y en la fase siguiente ante Juventus un gol de Arturo Vidal los privó de seguir avanzando.

Esa campaña sirvió para revalorizar a algunos de sus jugadores. Kondogbia, Martial y Layvin Kurzawa partieron al Inter de Milan, Manchester United y PSG, respectivamente, lo que aumentó las arcas del club.

Con dinero suficiente, el Monaco adquirió a jóvenes como Fabinho, Djibril Sidibé, Benjamin Mendy, Tiémoué Bakayoko, Thomas Lemar, entre otros, hoy puntuales del gran rendimiento de la escuadra de Jardim junto al canterano y revelación de Europa Kylian Mbappé, de 18 años.

Mbappé, Falcao, Lemar y Bernardo, figuras del Monaco | Valery HACHE / AFP
Mbappé, Falcao, Lemar y Bernardo, figuras del Monaco | Valery HACHE / AFP

El rápido delantero irrumpió esta temporada recién en su segundo año como profesional con números que abren los ojos de emisarios de importantes clubes del viejo continente (hasta el cierre de esta edición lleva 22 goles por todas las competiciones con una efectividad de 32,4%).

Sin duda Mbappé es el principal arma de ataque de un equipo que deslumbra por ser el más goleador en Europa. Sólo en la Ligue 1 ha marcado 90 tantos, mientras que en Champions ha encajado 28.

El Manchester City y el Borussia Dortmund han conocido del poderío de Mbappé, Falcao y compañía. El apuntado por la prensa internacional como el “invitado inesperado” de las semifinales de la presente Champions, el cuadro monegasco buscará dar un paso hacia su primera ‘Orejona’ cuando enfrente el 3 y 9 de mayo a su verdugo en 2015, la Juventus. De superar la llave, Real Madrid o Atlético Madrid lo esperarían en Cardiff.