Menos de dos meses después del accidente de avión que diezmó al Chapecoense, el público de Río de Janeiro le rindió este miércoles un emotivo homenaje en una ceremonia antes del amistoso entre las selecciones de fútbol de Brasil y Colombia.

El llamado “Juego de la amistad” en el Estadio Olímpico Nilton Santos, conocido como Engenhao, contó con menos público de lo esperado, debido a los altos precios de los ingresos, a la crisis financiera que azota al Estado de Rio de Janeiro, además del fuerte calor que padecen los cariocas este inicio de año.

Aunque pequeño, el público presente se mostró animado y comenzó los homenajes coreando “Vamos, vamos Chape”, grito de guerra del equipo de Santa Catarina que se hizo famoso después de la tragedia.

En seguida, recibieron con aplausos a los cuatro sobrevivientes brasileños del accidente: el arquero Jackson Follmann, que tuvo una pierna amputada y todavía se desplaza en silla de ruedas; el zaguero Neto, el lateral Alan Ruschel y el periodista Raphael Henzel.

En la mitad del campo, los sobrevivientes recibieron placas de homenaje de manos de dirigentes de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y el saludo de los jugadores de la selección.

Los jugadores de la ‘canarinha’ entraron en campo portando cada uno un ramo de flores blancas, que entregaron a sus pares colombianos como agradecimiento simbólico por el cariño demostrado por Colombia después del accidente.

Luego de los himnos llegó el momento más emocionante de la fiesta: el estadio estalló en “un minuto de palmas”, y no de silencio, en homenaje a las víctimas. Enseguida fueron sueltos decenas de globos blancos en dirección al cielo.

Todo lo recaudado por el partido será donado al ‘Chape’, que entregará el valor a los familiares de las víctimas.

El 28 de noviembre, el Chapecoense viajaba a Medellín para disputar la final de la Copa Sudamericana contra el Atlético Nacional cuando su avión se estrelló en una zona montañosa próxima a la ciudad colombiana. De las 77 personas a bordo, 71 fallecieron, entre jugadores, miembros de la comisión técnica y dirigentes del club, además de periodistas y tripulantes.

Además de los cuatro brasileños sobrevivieron dos bolivianos, tripulantes de la aeronave.