El sueño de toda una ciudad se truncó en la noche del pasado lunes cuando el avión que trasportaba al equipo de fútbol Chapecoense se estrelló en el Cerro Gordo, municipio de La Unión, Colombia.

A las 22.15 horas local (00.15 horas del martes en Chile), el Avro RJ85 de la empresa venezolana asentada en Bolivia LaMia cayó a escasos kilómetros de su destino, el Aeropuerto Internacional José María Córdova, Rionegro, con 77 personas en su interior (68 pasajeros y nueve tripulantes).

La falta de combustible, según confirmó preliminarmente la Aeronáutica Civil de Colombia, fue la causa del siniestro, que partió desde el Aeropuerto Internacional Viru Viru, Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, dejando 71 víctimas fatales y seis sobrevivientes.

De los fallecidos, 19 eran futbolistas del joven club brasileño, que viajaba para jugar la final de ida de la Copa Sudamericana ante Atlético Nacional en Medellín, partido que estaba pactado para el miércoles 30 de noviembre y que fue suspendido a raíz de la tragedia.

La escuadra dirigida por Caio Júnior, también fallecido, registraba una destacada campaña en el torneo internacional, perdiendo dos partidos y superando en emocionantes llaves a Cuiabá, Independiente (5-4 por penales), Junior de Barranquilla y San Lorenzo, donde una atajada de Danilo en el último minuto los llevó a una final que por esas cosas de la vida nunca podrán disputar.

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El líder de ese plantel era Cléber Santana. El experimentado volante arribó a la Associação Chapecoense de Futebol en 2015 y rápidamente se transformó en un referente.

Cléber Santana | Archivo / Nelson Almeida - AFP
Cléber Santana | Archivo / Nelson Almeida – AFP

Se ganó la capitanía casi por presencia y fue clave en el Campeonato Catarinense de este año (19 partidos jugados y dos goles), cuando vencieron en la final a Joinville por un global de 2-1, transformándose el quinto título estadual del ‘Huracán del Oeste’.

Con 35 años, el nacido en Abreu e Lima era el jugador que tenía el mejor cartel dentro de una plantilla compuesta principalmente por jóvenes. Tras debutar en Sport Recife y pasar por Vitória, Kashiwa Reysol de Japón y volver a Brasil a Santos, Santana fichó en 2007 en el Atlético Madrid debido a su buen rendimiento con el ‘Peixe’, donde obtuvo un bicampeonato Paulista junto al chileno Claudio Maldonado.

En la tienda colchonera alcanzó regularidad con el entrenador mexicano Javier Aguirre. Mostró su buena pegada y envergadura física, pero no le bastó para disputar en la temporada siguiente la Champions League, torneo que el ‘Atleti’ regresó después de once años.

Cléber Santana | Archivo / Pedro Armestre - AFP
Cléber Santana | Archivo / Pedro Armestre – AFP

El Mallorca se hizo con sus servicios mediante un préstamo. Allí encontró su revancha en Europa. Jugó 32 partidos de Liga anotando cinco goles, dos de ellos tantos que difícilmente olvidará la afición: una chilena al Almería y otro de antología al Real Madrid en el Santiago Bernabeú. Este último, incluso, fue reconocido por el propio público merengue, que aplaudió la conquista del brasileño fechada el 24 de mayo de 2009, en cotejo válido por la penúltima jornada del campeonato español.

Cuando se jugaba el minuto 57’, Santana agarró el balón en la mitad de la cancha, la pisó y comenzó a eludir rivales. Lass Diarra, Rafa Van der Vaart y Marcelo quedaron en el camino, para después definir con una vaselina al portero Iker Casillas. ¡Golazo!

“Cléber regala una obra de arte”, tituló el Diario de Mallorca ese día, que describió la jugada como una poesía.

“El Mallorca disfrutaba con el balón ante un insulso Real Madrid. Pero el brasileño se recreó. Como si lo hubiera hecho toda su vida. Cogió la pelota en el centro del campo, con un regate seco dejó atrás a Van der Vaart. Siguió con velocidad hacia la portería adversaria salvando todos los obstáculos que se le ponían por delante. Incluso su compatriota Marcelo quedó en evidencia cuando intentó pararle los pies. El centrocampista levantó la cabeza y no dudó lo más mínimo en armar su pierna derecha para desafiar a Casillas. El considerado uno de los mejores porteros del mundo ni se enteró del disparón del jugador cedido por el Atlético de Madrid. Fue un obús desde fuera del área que incluso arrancó el aplauso de la afición merengue. Una maravilla que merece estar expuesta en el museo futbolístico de mayor lustre“, relató la nota firmada por Sebastià Adrover.

Cléber volvió a Manzanares, pero no tuvo continuidad ante la llegada del argentino Eduardo Salvio. Posteriormente, recaló en São Paulo, que lo cedió a diversos equipos, como el Atlético Paranaense, Flamengo y Avaí. Con este último militó en la Serie B y ganó su primer Campeonato Catarinense al vencer en la final a Figueirense por 1-2, marcando de penal el primero de la feliz jornada.

Siguió en la segunda categoría en el Criciúma hasta regresar a la división de honor con el Chapecoense, club donde será recordado por portar la jineta, bajar la quinta estrella estadual y por llevarlo a su primera final internacional.