El director general de la compañía Lamia, cuyo avión se estrelló en Colombia provocando la muerte de 71 personas -la mayoría miembros del equipo de fútbol brasileño Chapecoense-, fue piloto del presidente boliviano, Evo Morales, reveló el propio mandatario.

El general Gustavo Vargas “ha sido mi piloto (estando en la presidencia), pero también había sido mi piloto en tiempos de confinamiento” en la década de 1990, cuando Morales fue dirigente sindical y se desplazaba hasta las carreteras cortadas para ordenar la desmovilización.

El gobernante pidió en una rueda de prensa celebrada en el Palacio presidencial Quemado de la Paz “que se investigue” todo lo relacionado con la compañía aérea.

“No sabía que tenía autorización, no sabía que era una empresa con matrícula boliviana”, señaló. “Tiene que ser investigado cómo se legaliza, cómo se constituye la empresa y cómo (obtiene) las licencias correspondientes” para volar.

Morales “nunca sabe nada, entonces el presidente de qué país es. ¿Quién gobierna el país?”, cuestionó la senadora de oposición Jeanine Añez, quien afirmó que el mandatario y sus ministros volaron en la nave de Lamia en noviembre pasado en un viaje a Rurrenabaque, un poblado en la Amazonia.

Medios locales publicaron de inmediato en sus portales fotografías y videos del gobernante dentro de la nave junto a la azafata Ximena Suárez, sobreviviente del accidente de Lamia en Medellín.

El piloto Miguel Alejandro Quiroga, que pereció en el avión de Lamia, posteó en Facebook el 15 de noviembre: “LAMIA CORPORATION tiene a bordo al PRESIDENTE EVO MORALES en su vuelo RURRENABAQUE-TRINIDAD”.

Morales aseguró temprano este viernes que no interferirá en la investigación. “Autonomía, combustible: eso tiene que ser investigado”, apuntó.

La principal hipótesis que se maneja como causa del accidente es la falta de combustible del avión chárter de matrícula boliviana, que trasladaba a futbolistas y directivos del Chapecoense, así como a un grupo de periodistas, a la ciudad colombiana de Medellín, donde el equipo brasileño debía jugar el partido de ida de la final de la Copa Sudamericana.

Vargas ya admitió que la nave incumplió el plan de reabastecimiento de combustible en Cobija, ciudad boliviana fronteriza con Brasil, o en Bogotá.

El gobierno boliviano suspendió el jueves las operaciones de la aerolínea Lamia y destituyó a altos funcionarios del control aeronáutico, a quienes investiga, según informó el ministro de Obras Públicas y Servicios, Milton Claros. Las autoridades sospechan de normas laxas en el control aéreo.

El avión se precipitó a tierra con 77 personas a bordo: 68 pasajeros y nueve tripulantes. Entre los seis sobrevivientes hay tres futbolistas, una auxiliar y un técnico de vuelo, y un periodista.